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¿Crisis? ¿Dónde? ¿Cuándo?

¿Crisis? ¿Dónde? ¿Cuándo?

viernes 29 de febrero de 2008, 17:58h
Cuando uno tiene ganas de celebrar algo no importa cuales sean los motivos. Sólo hacen falta dos cosas. Primero, mucha pasta (ahora les cuento por qué) y segundo muchas caras conocidas que reclamen a la prensa (ya saben, si no sales en la foto, no existes). Les estoy hablando, lógicamente, de una fiesta. De qué si no. Yo (soy canapera, lo saben) paso millas de la campaña electoral, es más, ayer ejercí el derecho democrático que me fue concedido a la tierna edad de los 18 años (quién los pillara, por favor!!), es decir, votar. Así que yo, sigo con lo mío, que son las fiestas. Es más probable que preste más atención a Joselito contándome su paso por Cayo Malayo que a un nuevo debate electoral. Hasta el moño que no me pongo estoy de las elecciones. Por favor, que se case una infanta, que se quede embarazada Letizia, no sé, algo para llenar la parrilla televisiva con algo insustancial. Yo no soy intelectual, yo soy del pueblo llano, pertenezco a esa clase de mujeres que comenta lo cara que está la fruta en el rellano de la escalera y con tanto debate me estoy quedando sin temas a tratar con el portero. Y así no se puede. Menos mal que tenemos Sin tetas no hay paraíso. (Por cierto, vayas donde vayas todo el mundo habla del Duque y sé de buena tinta que en los pasillos del Congreso muchas diputadas lo comentan)

A lo que voy, que me lío. Ayer me fui a la fiesta de los premios AD (Arquitectura y diseño). No me quedó muy claro (porque me dediqué más al canapé que a preguntar) si eran premios a la arquitectura de la de verdad, de esa que te tiras seis años estudiando en una Universidad, o la de interiores, que es la que suelen estudiar las niñas rubias monas que llevan las perlitas de mamá y que viven en la calle Serrano. Sé de lo que hablo, un día decoras tu casa, las llamas, te cobran un congo por cambiarte el sofá de sitio y pintarte tres flores en la pared y cuando les pagas lo que te piden, además de poner cara de gilipollas te acuerdas de IKEA y reconoces que montar la cama kärlsthad, tampoco es tan difícil. Es sólo ponerse.

Pues eso, que eran unos premios de arquitectura y diseño. Así dicho parece como que no apetece ir pudiendo estar en otro sitio, ¿verdad? No se equivoquen. Condenast (ese grupo editorial que tiene tropecientas revistas, organizó ayer los premios y para hacerlo por todo lo alto invirtió lo que les dije al principio: pasta (mucha) y caras conocidas. Para empezar, el sitio: consulado de Italia en Agustín de Betancourt. Es tan grande que cuando terminas el último canapé y llegas a la puerta para pirarte ya has hecho la digestión. Qué fiestón. Calculo que habría unas mil personas. Se dice pronto, pero paga la factura después. Vamos que Italia hoy tiene más PIB. Y qué gente. Para entregar los premios, Jose Toledo. Sí, es muy guapa. Y sí, además está delgada. Y encima come lo que quiere (como todas sólo que unas nos cunde más). Y por si todo esto no fuera poco su marido se muere por ella. Hombre, la única pega es que su esposo es nieto de Franco, pero nadie es perfecto. Ni siquiera ella. También andaba por ahí Bimba Bosé  que sí que hace dieta. Bimba es la encarnación de lo masculino embellecido por toques certeros y contundentes (así como angulosos) de feminidad. La miras y la ves andrógina. Hablas con ella y descubres su fragilidad, ternura y sentido del humor. Eso, fijo, que le pone a más de uno. Como si lo viera.

Al ser el consulado de Italia las leyes antitabaco son más estrictas que las de la Salgado. Lástima que como es España todo el mundo se las pasa por el forro. Al principio la gente se corta y todos fuman en la terraza, lugar en el que se establece el fiestón paralelo (las terrazas en los palacios vienen a ser como las cocinas en las casitas pequeñas). Aún así, en la terraza había mucha marcha. Me fui con mi acompañante (a estos sitios es mejor no ir sola) hacia ahí (hacia la terraza, vaya) y lo primero que me encontré es a Rosauro Baro. Yo ya hablé una vez de él en esta columna (véase canapero en diciembre: el hombre del año se pone pajarita) Y es una gran suerte la que yo tengo de que este chico en cuestión no me lea. (A mí me pega que lee La Razón). De haber sido así, ayer no hubiera podido hablar nada con él. Sigo pensando lo mismo de él. Que vive del cuento. Es probable que no sea así, pero ¿qué quieren? Yo lo pienso. Rosauro saltó a las páginas del papel cuché porque o tenía líos con Eugenia Martínez de Irujo o lo parecía. Eso es lo de menos. Pero lo que sí está claro es que el chico, aunque es así rubito y con cara de bueno, está como el AVE que va a su pueblo (que es Sevilla). Cuando me preguntó a qué me dedicaba le dije que era, of course, decoradora de interiores y “aunque no he tenido la suerte de ser premiada con tu presencia me basta”, pensé. Bueno, en fin, pero no era cuestión de acapararlo. Una charla mientras te tomas una copa de vino es suficiente. Y vas a por más gentío.

Me encontré con Ana García-Siñeriz. Ella nunca se acuerda de mí. Lógico. Pero ayer sí lo hizo. “¿Tú cenaste conmigo en la fiesta de los Premios Marie Claire, verdad?”, m espetó para mi sorpresa ¿En la casa del embajador de Francia?, ¿a qué si? Si, cierto, así fue. No me digan que no tengo glamour, si hasta ella me recuerda. Y qué nivel de conversación, ¿eh? Entre la clase que destila y el marco incomparable del palacio en el que estábamos, me sentí como la mismísima Preysler. Ana no está muy contenta con el cese de su programa, pero lo disimula con su elegancia afrancesada.

Uno de los que entregó un premio fue Rafa Medina (hijo de Naty Abascal). Yo, pues qué quieren qué les diga de este muchacho. Pues que es amigo de Rosauro, y que tampoco sabemos (sé) muy bien a qué se dedica, pero y eso, ¿qué más da? Mis amigas y yo hablamos de que pocas veces coincide el mismo chico que presentarías a tu padre  con el que realmente te mola. No es el caso. A Rafael Medina yo se lo presentaría a todos mis parientes, incluidos los que emigraron a América. No es que sea guapo, no, el muchacho, lo que está es buenísimo. Y después de esto pues no hay nada más que decir.


Viky Martín Berrocal, la chica que según Rigalt está encantada con sus tetas (lo suscribo) andaba también por allí. Se dan cuenta, ¿no? Son todos de la misma pandilla de Sevilla. ¡Jo qué suerte! Y yo con mis amigas de Alcorcón. La pesada de Mercedes Milá estaba también invitada en calidad de bombero. Milá cree que puede con todo y en su afán por cambiar el mundo va a las fiestas con pistolas de agua apagando los cigarrillos (es metáfora, pero es verdad). David Delfín con cara, como siempre, de no enterarse de nada (luego se enterará de todo, fijo). Vi a Juanjo Oliva y aprovecho mi privilegiado púlpito público para decirte una cosa: Juanjo, si lees esto, por favor, regálame el vestido verde manzana que vi el otro día en tu desfile de Pasarela Cibeles y cada vez que escriba esta columna prometo hablar de ti aunque venga de una rueda de prensa de la cuenta de resultados de Endesa. Lo juro.

Mario Vaquerizo (marido de Alaska,  ¿o era al revés y ella es su marido?, qué lío) estaba en la fiesta. Mario siempre va a las fiestas. Da igual quién la haga. Vaquerizo es a los saraos lo que Manolo el del bombo es a la selección española. Siempre va. Aunque se juegue en Pekín. Iba muy mono vestido. Sí, con una camisa de leopardo, así marroncita que culminaba en un precioso cuello con doble lazada. Más mono. Y con esa melena lacia suelta que le llega hasta el culete. Si Mario no abre la boca crees que en cualquier momento te va a señalar las dos salidas de emergencia y la mascarilla de oxígeno en caso de accidente del avión. Ideal.

Como ven la fiesta dio para mucho. Y para lo que estos ojitos no vieron porque me fui. Por cierto, los canapés estaban muy buenos. Y como no podía ser de otra manera en una fiesta en ámbito italiano, hubo pasta: Si. Espaguetis. Y los servían en esas copas triangulares en las que las chicas de Sexo en Nueva York se toman los martinis. ¿No les dije antes? Todo glamour. Es lo que tiene Condenast

Ah por cierto. Sé que no he hablado de los premiados. Por supuesto mi enhorabuena a todos ellos aunque no sepa quienes son. Si yo lo contara, ¿qué iban a ver ustedes el miércoles que viene en el Hola?

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