Fiel a su fama de díscolo, Ibarra avisó de que “renovar al PSOE no significa dejar la dirección en manos de bebés”. Lo curioso es que él mismo luego reconoció que siempre había intentado evitar estar siempre en la Ejecutiva Federal hasta que Felipe González le dijo que “ya estaba bien de mandar intermediarios”. Con su estilo propio, el dirigente extremeño se despachó a gusto y continuó recordando que el PSOE siempre tuvo“mucho respeto por sus viejas glorias”, remontándose al año 95 en el que él, Chaves y Bono se echaron “el partido a la espalda, cuando todo el mundo estaba debajo de las arenas, y creo que eso habría, por lo menos, que reconocerlo” señaló.
En esta nueva etapa Ibarra no formará parte de la Ejecutiva asumiendo que él ya forma parte “del pasado” pero aclaró que no es lo mismo irse por “uno quiere” a que a “que te echen”. Precisamente, su sucesor en la presidencia regional, Guillermo Fernández Vara, ha sido elegido -como estaba previsto- presidente del 37º Congreso.
Por los pasillos también se pudieron escuchar algunas quejas de veteranos cuadros medios de partido que lamentan que Zapatero pueda caer en la tentación de “saltarse una generación” de dirigentes a la hora de configurar su nuevo equipo. Y es que esto se asemeja algo a lo que pasó en el congreso del PP, en la nueva etapa que ha querido iniciar Rajoy poniendo al frente de las tareas de mayor responsabilidad a gente joven.
La bienvenida de Blanco
Minutos después, y haciendo caso omiso a las criticas del ex barón extremeño, el secretario de Organización del PSOE, José Blanco subió a dar la bienvenida a los compromisarios.
Blanco tuvo palabras de recuerdo tanto para el concejal asesinado por ETA, Isaías Carrasco, como para el desparecido dirigente andaluz Alfonso Perales, fallecido hace unos meses. Pero pronto se centró en arremeter contra el PP, y a Mariano Rajoy su diana preferida, al que acusó de tener doble personalidad, la que asoma para “crispar” y la del “diálogo”, “que está por venir", “a veces no se sabe si Mariano piensa lo mismo que Rajoy”, sentenció Blanco.
El número dos del PSOE hizo referencia luego a la polémica abierta sobre el Manifesto en defensa de Lengua Común, al que se han adherido algunos antiguos dirigentes del PSOE como Joaquín Leguina. Blanco dijo que no quiere que nadie les enfrente por este motivo. “No estamos dispuestos a que ahora se haga con las lenguas de España lo que antes ha querido hacer con los estatutos de Autonomía, con las infraestructuras, o con el agua, o con la educación: sembrar España de agravios”, comentó.
El cónclave se inició con más de media hora de retraso. Rodríguez Zapatero entró en el Plenario del Palacio Municipal de Congresos flanqueado por el presidente del PSOE, Manuel Chaves, por Felipe González y José Blanco. Detrás toda la Ejecutiva en pleno le seguía, con Elena Valenciano muy cerca del líder, que no perdió en ningún momento su sempiterna sonrisa.