En su intervención Rajoy cerró filas en favor de la nueva presidenta del PP de Cataluña, Alícia Sánchez Camacho y pasó de puntillas por la crisis vivida por el partido. También hizo guiños a la militancia catalana de su partido. En una primera parte de su discurso se dedicó a intentar convencer a sus seguidores de que el partido puede, también en Cataluña, obtener una posición que le permita ser decisivo en esta comunidad, como lo es en la mayor parte de España.
Para conseguir este cambio, recuérdese que en Cataluña el PPC es un partido minoritario, Rajoy recetó “hablar con todo el mundo”, en una alusión velada al nacionalismo moderado. También recordó que el diálogo se debe de realizar a partir de los principios de cada cual. En segundo lugar aseguró que mejorar la situación política del partido en Cataluña se puede conseguir con más trabajo “y creyéndolo”. En un ámbito más general explicó a la militancia entregada, que la nueva dirección del partido implica que éste se debe sólo a los intereses generales: “Yo hago más caso a un militante del PP que a un gran capitoste español”, aseguró.
Rajoy hizo pública su satisfacción ante como ha transcurrido el congreso del PP catalán, y ha tildado de indiscutiblemente democrática la elección de la nueva presidenta del partido regional catalán.
Acto seguido Rajoy se ha centrado en el ámbito estatal. Ha asegurado que en esta nueva legislatura se verá una confrontación entre lo que necesita el país. En este sentido aseguró que harán falta decisiones enérgicas y enfocadas a restaurar el funcionamiento de la economía, más que a operar de cara a la galería y “queriendo quedar bien con todos”, explicó. Además hizo una advertencia al PSOE al que dijo que se equivoca al abrir los debates como la eutanasia o la laicidad.