Madrid se mueve
lunes 15 de septiembre de 2008, 10:45h
El Congreso del PP de Madrid anima a la oposición puesto que salvo Madrid, el resto de los pupilos de Rajoy permanecen en un espeso silencio. A Zapatero se le atraganta la economía, pero es que a Rajoy se le atraganta Zapatero y no es capaz de darle en la línea de flotación ni cuando éste navega en sus horas más bajas. La única “esperanza” está en Madrid donde Aguirre y Gallardón constituyen la cabeza de cartel más atractiva, (la de un cartel que Rajoy no quisiera ver ni en la portada de “El Jueves”; es decir, ni en broma).
Aguirre representa aquel grito del “no me resigno” y Gallardón se pega al ala incoherente del PP, pero tengamos en cuenta que el voto tiene mucho de incoherente también. No se entiende cómo Gallardón le ha brindado la noche en blanco a Pedro Almodóvar, aquel hombre que afirmaba que el PP iba a dar un golpe de Estado tras el 11-M. Allá Gallardón con sus homenajes que lejos están de acertar en el blanco.
El Congreso del fin de semana supone la segunda oportunidad de Esperanza Aguirre para presentar sus credenciales. Quizá sea la revancha a aquel “59 Segundos” en el que replegó velas de una forma asombrosa.
Después del Congreso de Valencia en el que fue ninguneada, y salieron sus hombres de confianza de la ejecutiva nacional, Esperanza Aguirre tiene la oportunidad, y quizá hasta el deber, de plantar un discurso de calado nacional que llegue a La Moncloa. Y si pica en Génova, que se rasquen.
Sólo la iniciativa de Aguirre puede mover los cimientos de un partido acomodado en la oposición, (opositor de vocación), anclado en el pasado como una melancolía de tango. A Rajoy le pasa con Zapatero como el Numancia cuando visita el Bernabéu, por muchos goles que le marque al campeón sabe que saldrá perdiendo del estadio.
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