Ayuso, a Cs y Vox: "Si me van a apoyar, que lo digan ya"

Más tranquila que el resto de su equipo, con talante, pero también con líneas rojas. Así ha respondido este miércoles Isabel Díaz Ayuso a las exigencias de Rocío Monasterio para negociar su posible investidura. La candidata del PP sigue convencida de poder presentarse a la investidura el próximo 11 de julio, pese a que sus socios necesarios, Ciudadanos y Vox, parecen más alejados que nunca. Es más, les ha exigido a ambos que se decidan ya y no esperen a la fecha límite -el 2 de julio- para pactar. "Si me van a apoyar, que lo digan ya. Ir a septiembre es irresponsable e innecesario", exigió en una rueda de prensa en la Asamblea de Madrid.

Para ello, siguió manteniendo "la mano tendida" a una y otra formación. "Es nuestra responsabilidad llegar a un entendimiento porque así nos lo han exigido los ciudadanos", argumentó. "Si Ciudadanos no se sienta con Vox, ya lo haré yo, pero es importante que sus votantes se sientan representados en el acuerdo. Ciudadanos y Vox se tienen que entender", agregó después en su habitual papel de mediadora.

En lo que al PP respecta, Ayuso destacó los puntos en común que sí comparten con el programa expueso por Vox esta mañana, por el que se enteró, aseguró, "a través de la prensa". En este sentido, constató que las medidas que hacen referencia a política fiscal (bajada de impuestos), a las familias y el incremento de la natalidad, o la libertad de elección de centro para que los padres elijan la Educación de sus hijos son compartidas por ambas formaciones.

En cambio, se mostró más reticente a aceptar las restricciones en materia de inmigración o en derechos LGTBi que exigen los de Monasterio. "Somos una región de libertades, de diversidad, de pluralidad donde todo el mundo cabe y donde ya se han superado ciertos debates. Yo quiero ser la presidenta de todos, del colectivo LGTBi y de los que no lo son, y no quiero que lo que no era un debate en la Comunidad de Madrid hace cinco años se convierta en un folklore para dividir a la sociedad", repitió en varias ocasiones.

Además, en lo que a inmigración se refiere, prometió tratar todos esos temas "desde el punto de vista de la humanidad", por lo que rechazó expulsar a los inmigrantes ilegales de la Sanidad pública. Sobre si se exige o no el pago de sus facturas sanitarias a los países de origen, Ayuso instó a los de Monasterio a hablar con sus compañeros de la Cámara baja para que lo debatan donde corresponde: a nivel nacional. "No tenemos líneas rojas (a la hora de negociar un programa conjunto de Gobierno), salvo lo que no corresponde estrictamente a las competencias autonómicas. De nosotros no depende repatriar a nadie, para eso somos tres partidos (PP, Cs, Vox) con representación en el Congreso", esgrimió. Y añadió: "Lo que no sea competencia regional no puede ser un impedimento en las negociaciones".

De otro lado, aunque quiso ser respetuosa con los temas "delicados" que aglutinan a "diversas sensibilidades" y querer tratarlos "con respeto y con cautela", dejó la puerta abierta a debatir sobre cuestiones sobre las que su posible socio Ignacio Aguado no parece estar dispuesto a tocar. Para el líder de los naranjas no es admisible querer retroceder "a los años 50" en materia de derechos y libertades del colectivo LGTBi, en lo que respecta a la violencia de género o a la inmigración.

Sin embargo, Ayuso sí está dispuesta a "hablar" de cuestiones "que se puedan mejorar". "Quiero vivir en libertad, con respeto y tolerancia. Todo lo que sea regresar es un grave error. Otra cosa es que si dentro de la ley [de Identidad de Género o contra la LGTBifobia] hay aspectos que se pueden mejorar, se puede hablar", respondió a la gallega. "Si hay familias preocupadas por posibles abusos de algún organismo, se mirará porque tampoco quiero ni abusos ni imposiciones de ningún tipo", añadió comprando parte del discurso a Vox.

La estrategia, como "horquilla"-así se definió ella misma- entre Vox y Cs, es dar una de cal y otra de arena a ambas formaciones. En este sentido, restó importancia a las posiciones de máximos de ambos, que parecen más separados que nunca. "Las negociaciones siempre son así, hay días buenos y días malos, pero lo importante es que nos entendamos", concluyó.

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