Arranca el AVE a Barcelona sin actos oficiales

El tren que salió de Madrid-Atocha a las 6.00 horas llegó a la estación barcelonesa de Sants a las 8.35 horas, mientras que el tren que realizó el trayecto inverso desde Barcelona a Madrid y que también partió a las 6.00 horas llegó a la capital a las 8.38 horas. En los trenes no viajaba ninguna autoridad, dada la proximidad del inicio de la campaña electoral previa a las elecciones generales celebradas en marzo.

"No se va a inaugurar, estamos en periodo ya de convocatoria electoral y hay un régimen jurídico, como es lógico, que no permite inauguraciones. Yo, desde luego, no lo voy a inaugurar, pero sí lo pienso usar", precisó el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, pocos días antes del inicio del nuevo servicio.

Aunque no hubo inauguración oficial, la puesta en marcha de los nuevos trenes sí fue aprovechada por Zapatero para destacar la "gran aportación a la lucha contra el cambio climático" que supone la nueva línea de alta velocidad. Según los datos del Gobierno central, la infraestructura equivalía en el momento de su apertura a 90 aviones diarios entre ambas capitales españolas.

Los primeros viajes se desarrollaron con normalidad, según lo previsto, y sólo especialmente animado por el gran número de periodistas que viajaron en el tren para cubrir en directo el primer trayecto del corredor. Los trenes circularon a una velocidad comercial media de entre 240 y 250 kilómetros por hora, si bien en varios puntos del trazado se alcanzó la velocidad máxima de 300 kilómetros por hora para los que está diseñada la línea y en algunos otros descendió por debajo de los 100 kilómetros por hora.

Con estos dos trenes Renfe arrancó la explotación comercial de esta línea, doce años después de que comenzaran los trabajos para su construcción, y dos meses más tarde de la fecha inicialmente fijada, por los problemas que las obras causaron en la red de Cercanías de Barcelona.

La oferta comercial con que Renfe empezó a comercializar este servicio estaba integrada por 17 trenes por sentido, con un precio por billete de 120,4 euros y un tiempo de 2 horas y 38 minutos por recorrido directo. La conexión por AVE con la Ciudad Condal supone el tercer hito del corredor tras la puesta en marcha de los tramos hasta Lleida y Tarragona.

El avión pierde viajeros
El nuevo corredor de alta velocidad entre las dos capitales españolas supuso la pérdida de viajeros de las compañías aéreas que cubrían este trayecto. En julio, los datos ofrecidos por AENA reflejaban que el avión había perdido un 14 por ciento de sus viajeros habituales.

Desde su puesta en marcha, el AVE Madrid-Barcelona fue ampliando su frecuencia. En septiembre hacía 26 trayectos diarios por recorrido frente a los 17 iniciales. Además, ese mes ya lo habían utilizado 2,69 millones de viajeros, un dato que arrojaba un incremento del 84,5 por ciento en relación a los que utilizaron en el mismo periodo de 2007 el Altaria con el que Renfe prestaba entonces servicio.