Hallado el cuerpo de una mujer con signos de violencia en Collado Villalba
sábado 25 de octubre de 2008, 11:34h
La Guardia Civil, que se encarga de investigar las causas de la muerte de una mujer este sábadoen el gimnasio 'Ishimi' ubicado en el número 33 de la calle de Pardo de Santallana de Collado Villalba, mantiene abiertas "todo tipo de hipótesis" sobre el suceso, aunque en principio descarta la violencia de género.
La víctima, de entre 40 y 50 años, trabajaba en las instalaciones como encargada de limpieza, según informó un portavoz de la Guardia Civil. Fue la dueña del local la que encontró pasadas las 8.30 horas el cuerpo de la mujer con un traumatismo facial y diversos signos de violencia. Ante el hallazgo, decidió llamar a la Policía Municipal, que se desplazó al ambulatorio del municipio para pedir ayuda y solicitar la presencia de una UVI del Summa en el lugar del suceso.
Según informó un portavoz de Emergencias 112 Comunidad de Madrid, los facultativos desplazados al escenario del incidente se encontraron con que la mujer aún estaba viva, aunque permanecía en parada cardiorrespiratoria, por lo que tuvieron que practicarle técnicas de reanimación cardiopulmonar. Sin embargo, estos ejercicios no surtieron efecto y los médicos del Summa tan solo pudieron confirmar su muerte.
Fuentes de la Benemérita explicaron que, de momento, no se sabe si las lesiones que presenta la mujer son puñaladas o golpes, por lo que habrá que esperar a que los forenses realicen la autopsia correspondiente para aclarar las causas de la muerte. Por su parte, los vecinos de la calle donde está situado el gimnasio en el que se encontró el cuerpo de la mujer aseguraron que el barrio en el que se ubica el centro deportivo es "un poco conflictivo", aunque nunca se habían registrado este tipo de incidentes en el local.
"Yo practico ahí deporte desde hace cinco meses, con todos los compañeros nos llevamos bien, no hay problema, aunque el barrio parece que sí es un poco conflictivo", describió uno de los usuarios de 'Ishimi'. Por su parte, el dueño de una ferreteria colindante, José Luis, recordó que, al abrir su negocio, se encontró con "la calle cortada, muchos coches de policía y Guardia Civil, mucho barullo". Además, contradijo la visión del vecindario sobre la conflictividad del barrio al asegurar que, en 25 años de negocio, nunca le han "robado nada".