www.diariocritico.com
La sorprendente velocidad del cambio

La sorprendente velocidad del cambio

lunes 03 de noviembre de 2008, 00:13h
¿Quién se habría imaginado hace dos meses que Estados Unidos lanzaría un estornudo y terminaríamos todos resfriados, tal como ocurría en el lejano siglo XX?

Y sin embargo, es así: Caen las bolsas, se desvalorizan las monedas, bajan los precios de las materias primas… y los expertos comparan la actual crisis económica con la Gran Depresión de 1929.

Es tan grande la velocidad de los cambios que vivimos, que sólo apreciamos sus consecuencias cuando ya no es posible revertirlos. Sucede en la economía, con la actual amenaza de tiempos difíciles. Sucede en la tecnología, con la aparición de modelos cada vez más sorprendentes de equipos y herramientas. Y sucede en la política.

Ese brillante estadista español que es Felipe González visitó Chile por primera vez en marzo de 1990. Vino a manifestar con su presencia la solidaridad de España hacia la nueva etapa que vivía la sociedad chilena tras el fin de la dictadura de Augusto Pinochet. Entonces, al saludar al Gobierno del presidente Patricio Aylwin, que inauguraba esta etapa de restauración democrática, Felipe destacó la velocidad de los cambios. Afirmó, con el brillo intelectual de un auténtico líder, que nunca la Humanidad había vivido “cambios históricos tan profundos en un período tan breve”. Era el 11 de marzo de 1990, el día en que asumió el presidente Aylwin.

Y tenía razón. Entre noviembre de 1989 y marzo de de 1990 –cinco meses-cayó el Muro de Berlín, desapareció la Unión Soviética, se desvaneció la Guerra Fría y desapareció el socialismo como alternativa frente a la economía liberal. La misma que hoy está en crisis.

Así son los cambios. Sorprendentes, como lo señalaba en octubre de 2006 la revista “América Economía”, en un balance sobre 20 años anteriores.

“Quién hubiera augurado que un tornero iba a ser presidente de Brasil. O que en un evidente cachetazo a la histórica discriminación en Bolivia, un indígena y cocalero gobernaría ese país. A quién, en plena dictadura de Augusto Pinochet, se le hubiese ocurrido que una mujer socialista, agnóstica y madre soltera presidiría Chile”.

Hoy podríamos preguntar también, ¿quién habría imaginado que un negro llegaría a la presidencia de Estados Unidos? ¿Y a quién se le habría ocurrido, hace apenas unos días, que la Concertación Democrática perdería de manera tan categórica la elección de alcaldes? Pero así fue. Y ahora los observadores clavan sus ojos en la elección presidencial de diciembre de 2009. Hasta mediados de octubre, en la Concertación se proyectaban los nombres de Ricardo Lagos y José Miguel Insulza, por el socialismo, junto a Soledad Alvear y Eduardo Frei, por la democracia cristiana.

No obstante, todo cambió después de conocer los impactantes resultados de la elección municipal del pasado domingo 26 de octubre. Soledad Alvear renunció, Frei es partidario de una elección primaria y Lagos ya no tiene lugar en esta carrera, porque no está de acuerdo con someter su nombre a una primaria. En consecuencia, si la elección presidencial fuera mañana, los oponentes serían Frei o Insulza, por la Concertación y el empresario Sebastián Piñera, líder de la derechista Alianza por Chile.

¿Quién ganaría? Según las encuestas, Piñera. Con mayor razón si el ex senador demócrata cristiano Adolfo Zaldívar presenta también su candidatura presidencial en representación del PRI (Partido Regionalista de los Independientes). Del mismo modo que sucedió en la elección municipal, el PRI le quitaría votos a la Concertación.

Así están las cosas hoy. Pero ¿quién se atreve a imaginar lo que sucederá dentro de un año, en una época de cambios tan veloces y sorprendentes?

-----
Enrique Fernández
Periodista
Profesor Universitario
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios