España pierde terreno en innovación y se sitúa en el grupo de cola de la UE

En el 'ranking' europeo en materia de innovación, España ocupa en términos absolutos el puesto número 16, el mismo que el año pasado, entre Italia (15) y Chipre (17), y por detrás de países como República Checa (13) o Eslovenia (12).

Pero además, Bruselas clasifica a los Estados miembros en 4 grupos de acuerdo con su evolución: países líderes (Finlandia, Suecia, Dinamarca y Alemania, a la misma altura que Japón), los que se sitúan en la media (Francia, Irlanda, Reino Unido, Países Bajos, Bélgica, Austria, en la misma categoría que Estados Unidos), los que están recuperando (Eslovenia, Polonia, Portugal, República Checa, Lituania, Letonia, Grecia y Chipre), y los que pierden terreno (España, Estonia, Italia, Hungría, Malta y Eslovaquia).

El Ejecutivo comunitario ya ha advertido en diversas ocasiones que el retraso en innovación en España amenaza con poner en riesgo el crecimiento económico a largo plazo.

En las diferentes categorías que componen el índice de innovación, los peores resultados de España se encuentran en el capítulo de propiedad intelectual. El número de patentes españolas registradas en las tres principales agencias mundiales (la europea EPO, la estadounidense USPTO y la japonesa JPO) es sólo el 8% de la media de la UE-25. En cambio, destaca el elevado número de marcas comunitarias, un 40% por encima del conjunto de la media comunitaria.

Inversión en I+D

Por lo que se refiere a la inversión en I+D, el porcentaje de gasto de las administraciones públicas en este capítulo se sitúa en el 74% de la media comunitaria, pero las empresas privadas españolas dedican a la investigación 52 puntos menos que las europeas. También destaca negativamente la escasa contribución del capital riesgo a la puesta en marcha de nuevas empresas. Todo ello provoca que las exportaciones de productos de alta tecnología españoles estén tan sólo en el 31% de la media comunitaria.

Entre los puntos fuertes del caso español, el 'ranking' subraya los relativamente buenos resultados en materia de formación. La tasa de población con educación superior es superior a la media comunitaria (el 28,2% frente al 22,8%), y lo mismo ocurre con el porcentaje de personas que participa en la formación continua (10 puntos más que la media), mientras que la penetración de la banda ancha se sitúa ya en el 94%.

Otro indicador que funciona particularmente bien es el del número de nuevos productos dentro de las empresas aunque no supongan innovaciones en el mercado, cuya cuota de crecimiento fue del 10% en 2004.

Convergencia

El informe señala que hay un proceso de convergencia en materia de innovación entre los Estados miembros. Los países en proceso de recuperación están reduciendo distancias con la media comunitaria y, tanto el grupo de Estados miembros líderes como en los que se encuentran en una posición equidistante, están experimentando un cierto declive en materia de I+D.