Del Rivero pide más de lo que valen las acciones de Sacyr

La oferta de Lukoil sobre el 20% de Repsol propiedad de Sacyr no convence a Del Rivero. La petrolera rusa sólo quiere hacerse cargo de la deuda de la inmobiliaria, sin soltar un euro más. Se siente capaz de negociar con los principales acreedores: Santander, Citi y La Caixa. Pero la entidad que preside Emilio Botín lo ha dejado claro: Lukoil tiene serios problemas de solvencia por lo que, en una situación como la actual de escasez del crédito, el riesgo que se contrae puede ser mayor que el de mantener las cosas como están.

    Controversias políticas aparte, el Gobierno sabe también que su margen de maniobra está muy limitado. Ni el supervisor español, la  díscola Comisión Nacional de la Energía, ni las autoridades europeas van a permitir la entrada en el accionariado de la multinacional española de una compañía que rompa el actual equilibrio energético. No sólo en el Viejo Continente. Hay que tener en cuenta la presencia de la petrolera que preside Antoni Brufau en Latinoamérica. Y eso cuenta mucho a la hora de evaluar a los posibles candidatos.

   Pero, sin duda, el mayor obstáculo para resolver una situación que a quien mas perjudica es, sin duda, a la propia Repsol y al resto de sus accionistas, es el empecinamiento de Luís del Rivero. Un individuo que, todavía cree que puede sacar tajada de una situación en la que preside una empresa al borde de la quiebra, con una deuda de 15.000 millones de euros, al borde de la suspensión de pagos y que cree que, aún así, puede sacar el doble de lo que le ofrecen. La acción de Sacyr cotiza, en estos momentos, entre los 14,20 y los 14,70 euros. Del Rivero quiere más de 25. Todo un despropósito