El fabricante estadounidense de automóviles Ford anunció este lunes que estudia varias opciones para su filial sueca Volvo Car, incluida la venta, como parte de una estrategia de reestructuración ante la crisis en el sector automotor.
Ford subrayó en un comunicado que la decisión de revisar sus opciones estratégicas fue tomada "en respuesta al significativo decaimiento de la industria automotriz, particularmente en los últimos tres meses y a la aguda inestabilidad global".
Ford anunció que la revisión probablemente tome varios meses en completarse.
"En virtud de los desafíos externos sin precedentes que enfrenta Ford, así como todo el ramo, para nuestra empresa resulta prudente evaluar opciones para Volvo, mientras evaluamos nuestro plan fundamental para Ford", expresó el presidente de la empresa, Alan Mulally.
Ford expresó que seguirá trabajando en forma muy estrecha con Volvo Car, que se está reestructurando "para operar en una base más por su cuenta", bajo la presidencia de Stephen Odell, quien fue designado hace algunos meses.
La reestructuración se lanzó en noviembre de 2007, cuando el tambaleante gigante estadounidense buscaba recuperar su rentabilidad vendiendo sus marcas no estratégicas.
Odell dijo en una declaración: "seguridad sobresaliente, enfocando más hacia vehículos ecológicos; además el diseño escandinavo seguirá siendo el pilar sobre el cual se construirá una fuerte plataforma de negocios para Volvo en el futuro".
"Nuestra marca tiene una fuerte presencia en Europa, en América del Norte y en Asia del Pacífico, y estamos creciendo en mercados clave como China y Rusia, donde somos la principal marca de automóviles de primer nivel.
Ford adquirió Volvo Cars en 1999 del grupo sueco Volvo por 6.450 millones de dólares.
Las ventas Volvo Car tuvieron su pico en 2000 con el récord de 422.100 unidades, informó Ford. Sin embargo, las ventas de automóviles cayeron fuertemente en Estados Unidos y en Europa en medio de la crisis financiera mundial que estalló en agosto de 2008.
Volvo Car estaba entre las marcas que Ford consideraba "no fundamentales", junto con Jaguar, Land Rover y Aston Martin, que ya fueron vendidas.
La empresa fundada hace 105 años por Henry Ford informó el mes pasado que vendería 20% de su participación en su socio Mazda por 540 millones de dólares en efectivo.
La unidad Volvo Car había anunciado en junio el recorte de miles de empleos en todo el mundo desde junio, en su mayor parte en Suecia.
En este contexto de crisis, los dirigentes de los tres grandes constructores de automóviles estadounidenses comparecerán a principios de la semana ante el Congreso en Washington para convencer a los legisladores de la viabilidad de sus respectivas empresas y de la necesidad de una ayuda pública urgente.