A pesar del apabullante bombardeo israelí y la necesidad de pasar a la clandestinidad, Hamas sigue funcionando e incluso ha logrado lanzar varios cohetes hacia territorio del estado judío, cuyo ministro de defensa advirtió que su país está dispuesto a luchar "hasta el amargo final".
En tres días de bombardeos, el número de víctimas fatales ascendió a 315, incluyendo siete menores de 15 años que murieron en distintos ataques la noche del domingo y el lunes, informaron médicos.
Hay unos 1.400 heridos, de acuerdo a informes de una agencia de las Naciones Unidas que brinda ayuda a los palestinos. La agencia dijo que por lo menos 51 de los muertos en la ofensiva son civiles.
En el norte de Gaza, un padre alzó en sus brazos el cadáver de su hijo de cuatro años de edad durante un funeral para cinco niños de una familia muertos en un ataque israelí con misiles.
El domingo por la noche un misil de un caza israelí mató a una mujer, un bebé y tres jovencitas, dijo el funcionario del Ministerio de Salud de Gaza, el doctor Moaiya Hassanain.
En la ciudad sureña de Rafah, un bebé y sus dos hermanos adolescentes murieron en un ataque destinado a un comandante de Hamas, agregó Hassanain. En Gaza, otro ataque mató a un hombre y su esposa.
Los nueve hospitales de Gaza no dan abasto ante la cantidad de heridos que han sido ingresados, dijo Hassanain. Algunos de los 1.400 heridos están siendo llevados a clínicas privadas e inclusive a viviendas para ser atendidos.
Egipto abrió el lunes sus fronteras con Gaza y permitió que camiones cargados con ayuda humanitaria ingresaran al terminal de Rafah. También estaba sacando a palestinos heridos de Gaza. Más de una decena de ambulancias egipcias aguardaban en el cruce fronterizo para transportar a los heridos.
La ministra de Relaciones Exteriores de Israel, Tzipi Livni, dijo el lunes a periodistas que Israel intenta evitar las muertes de civiles y que es "Hamas el que intenta matar a niños".
En Damasco, Siria, un alto funcionario de Hamas dijo que no habrá conversaciones de tregua con Israel hasta que concluya el ataque e Israel reabra sus cruces con Gaza.
"Necesitamos nuestra libertad. Necesitamos ser independientes", dijo Abu Marzouk, en declaraciones a The Associated Press. "Si no logramos ese objetivo, entonces tenemos que resistir. Es nuestro derecho".
Los ataques han obligado a los dirigentes de Hamas a pasar a la clandestinidad y al parecer han afectado la capacidad de la organización para lanzar cohetes contra Israel, pero las andanadas continuaron.
Un cohete de mediano alcance disparado contra la ciudad israelí de Ashkelon mató el lunes a un obrero de la construcción de origen árabe, e hirió a otras personas. Fue el segundo ciudadano israelí que muere desde el comienzo de la ofensiva.
Ehud Barak, el ministro de Defensa de Israel, dijo que la lucha del ejército no es contra los ciudadanos de Gaza, pero que su país está dispuesto a luchar "hasta el amargo final" y que el operativo "se ampliará y se profundizará de acuerdo a lo necesario".
Israel comenzó su campaña, la más ofensiva contra los palestinos en décadas, el sábado en respuesta a una serie de ataques de cohetes contra civiles en ciudades al sur de Israel.
El domingo, los cohetes de Hamas llegaron cerca de Ashdod, la ciudad más grande del sur de Israel, situada a unos 38 kilómetros (23 millas) de Gaza y a escasos 40 kilómetros (25 millas) de Tel Aviv. Es la mayor penetración de misiles palestinos en territorio israelí de que se tenga memoria.
Al amanecer el lunes los vientos levantaban el humo negro de los lugares bombardeados en Gaza rodeados por calles desiertas. Se podían escuchar los zumbidos de los aviones con pilotos automáticos y el ruido de los jets junto con las explosiones de nuevos ataques.
Los bombardeos intensos de Israel _unos 300 ataques aéreos desde el mediodía del sábado_ han causado una destrucción sin precedente en Gaza. Algunos edificios fueron reducidos a escombros.
Un ataque destruyó un edificio de cinco pisos en la sección para mujeres de la Universidad Islámica, uno de los símbolos más importantes de Hamas. Otro ataque voló un conjunto de las fuerzas de seguridad preventiva de los líderes del grupo y un tercero destruyó la casa contigua a la residencia de Ismail Haniyeh, el primer ministro de Hamas. Al igual que los otros líderes de Hamas, Haniyeh permanece oculto.