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El exjugador del Madrid y del Alba se jubila tras cincuenta años de 'servicios'

Emotivo homenaje a Juanito, paladín del fútbol, el albaceteñismo y la bonhomía

Emotivo homenaje a Juanito, paladín del fútbol, el albaceteñismo y la bonhomía

martes 30 de diciembre de 2008, 14:03h
Un ejemplo. Un adalid de la tierra. Un banderín de enganche para presumir de la misma. Como deportista. Y, lo que es más importante, como persona. Tal es la definición de ‘Juanito’. Sin nombre ni apellidos. Porque no hacen falta. Baste decir ‘Juanito’ en Albacete y todos saben a quién se refiere ese cariñoso disminutivo. A Juan Ignacio Rodríguez. Al que, con motivo de su jubilación tras cincuenta años en el fútbol y casi cuarenta en el Alba, se le homenajea en su tierra con todo merecimiento este jueves 11.
Fue el primer futbolista de relieve a nivel nacional que dio la provincia. El primer traspaso –desde el Alba, donde era un superfigura ya desde juveniles- por cifras desorbitadas para la época, mediados de los 60, de un profesional de este deporte. Y no a cualquier club, no. A todo un Real Madrid por entonces pentacampeón de Europa y destino soñado de cualquier futbolista español.

Lo malo es que por aquel entonces los equipos no podían hacer cambios en el 'once' inicial, salvo el portero. Y ‘Juanito’, fichado en 1964 y cedido dos años, al Valladolid y Rayo, regresó al Madrid en la temporada 66/67, ganando la Liga. Pero tenía por delante no sólo a dos titulares míticos y de relieve mundial, Amancio y Gento, sino también a dos extraordinarios reservas igualmente internacionales, Serena y Manolín Bueno.

No obstante, y aunque sólo jugó algunos partidos, hay quien le recuerda en la cátedra del fútbol, en el estadio que lleva la denominación del mejor presidente blanco de la historia, de otro albaceteño, Santiago Bernabéu –la verdad es algunos ejemplos recientes de sus sucesores se lo siguen poniendo fácil-, por varios de sus destellos, de sus regates eléctricos, de sus correrías por las dos bandas como magnífico representante de esa especie hoy en extinción de los extremos-extremos.

Después, con buen criterio y de acuerdo mutuo club y jugador, fue cedido al Castellón, que le traspasó después al Deportivo de La Coruña, donde en sus cinco campañas se convirtió en un auténtico ídolo de masas, y luego su brillante carrera siguió en el Rayo Vallecano. Para cerrarla, a pesar de tener ofertas superiores, en el club de su tierra, en el Albacete Balompié, donde en la temporada 1974/75 formó parte de una de las generaciones históricas, la que batió el récord de goles y conquistó el Campeonato de España de Aficionados.

Se cerraba así el círculo como jugador. Pero, junto a un par de años entrenando a los juveniles del Alba –otro círculo cerrado-, al Villarrobledo y al Motilla, se iniciaba otro en el que Juanito ha hecho de todo en beneficio de ‘su’ Alba: secretario técnico, gerente –ganando simpatías para el club, además, en las relaciones externas, sobre todo con Federación, Liga de Fútbol y otros equipos con su profesionalidad y bonhomía., director de la Ciudad Deportiva y del Carlos Belmonte.

60 futbolistas, 60


Unas labores que sólo otro extraordinario personaje de idéntico cariño al club –como acontece con Juanito, no se puede tener más- en dedicación, esfuerzo y entrega, Vicente Ferrer de la Rosa, el popularísimo ‘Ferre’, puede presentar similar ‘hoja de servicio’ y al que habrá que homenajearle también cuando le llegue la jubilación.

Precisamente ahora, cuando cumple los 65, Juanito se jubila con casi medio siglo de profesional –a veces sin cobrar o cobrando muy poco para lo mucho que hacía, y de eso Ferre también sabe algo y en su momento se contará- al servicio del Albacete, que es lo mismo que decir/escribir Albacete.

Y para ello se han organizado una serie de actividades lúdicas y deportivas, destacando un Torneo futbolístico en el Estadio Carlos Belmonte, en el que participaron cerca de 60 excompañeros y amigos de Juanito, 60. Él hizo el saque de honor y fue aclamado por los miles de personas que se dieron cita para volver a ver de corto a nombres tan relevantes como Zalazar, Conejo y Catali (en la foto, junto al propio Juanito y al presidente del Alba, Ubaldo González) -los más famosos del gloriosísimo ‘Queso mecánico’ de Primera División- y a otros como Hierro, Milla, Molina, Karanka, Petón...

Tras los partidos, los actos concluyeron con una emotiva cena que dejó pequeños los amplísimos salones del Casino Primitivo, en la que hubo presencia de autoridades y otros grandes personajes no futboleros de la provincia y la región. Juanito, acompañado por su mujer, Manoli, y sus tres hijos, Juan Carlos, Lourdes y Nuria, lloró de emoción repitiendo con su sencillo humanismo que no se lo merecía, que simplemente cumplió con su obligación. Pero todo el resto de asistentes pensaban lo contrario, que sí. Que es un ejemplo de albaceteñismo a tope para todos. ¡Enhorabuena! 
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