Mingote en su excepcional dibujo diario pinta a un niño sentado en las rodillas de su abuelo que pregunta: “¿Que es preferible, abuelo, ser de derechas o de izquierdas?” Y el abuelo, sabio como casi todos los abuelos, responde: “Pues verás, antes que nada, no ser gilipollas. Luego ya...”.
¿Qué es preferible, mantener a De Juana Chaos en el hospital en Madrid, bajo condiciones sanitarias y penitenciarias adecuadas, hasta que cumpla la condena o trasladarle a un hospital del País Vasco y, lo antes posible, a su casa? José Blanco decía hace unas horas que había mucha gente del entorno de ETA que quería que De Juana se muriese y se convirtiera en un mártir y que él –el PSOE, el Gobierno- prefería que no fuera así. La huelga de hambre del terrorista ha logrado lo que buscaba: que el Estado de Derecho ceda. El terrorista ha sido oído y las víctimas, no. Hoy es un día de fiesta para ETA, cuyos presos saben lo que tienen que hacer para volver a casa. Por cierto, Pepiño Blanco anunciará en breve idéntica medida para Julián Muñoz y Farruquito.
¿Qué es preferible, una Endesa de EON o una Endesa de ENEL, alemana o italiana? A mi, personalmente me da lo mismo, lo que me interesa como consumidor y como ciudadano es una Endesa que funcione bien y venda energía a buen precio y con un buen servicio. Pero lo que parece un escándalo descomunal es los políticos controlen el mercado, las empresas y las OPAs sin arriesgar ni un euro propio. Que ENEL se reúna con el ministro de Industria antes de poner en marcha la operación –“para hablar de otras cosas”- y que, al final, los accionistas de Endesa puedan ser los grandes perdedores de esta operación por intereses exclusivamente políticos. Y es un escándalo que Pepiño Blanco –el PSOE, el Gobierno- diga que el ministro de Industria se imaginaba algo “porque tiene mucha intuición”. Y que otras entidades económicas inviertan en Italia, casualmente, al mismo tiempo y pocos días después de la reunión entre Zapatero y Prodi.
¿Qué es preferible, que gane el Betis o el Sevilla? “Pues verás, antes que nada hay que denunciar y encarcelar al energúmeno que agredió al entrenador del Sevilla y a todos los violentos que acuden cada domingo al fútbol. Después, hay que inhabilitar a los dirigentes que incitan a la violencia. Luego ya...”. Frente a la política y la economía, el fútbol es un juego. Pero en los tres el poder se comporta, a veces, de forma difícilmente defendible.