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Estructuras tributarias comparadas entre Argentina y países desarrollados: ¿necesidad de reformas?

Estructuras tributarias comparadas entre Argentina y países desarrollados: ¿necesidad de reformas?

viernes 02 de marzo de 2007, 21:19h
La presión tributaria nacional ha crecido en los últimos años, y el cierre de 2006 así lo atestigua. Para el caso de los impuestos nacionales, la presión tributaria alcanzaba en 1997 el 16.9%, llegando a 17.7% en 2000. Desde un piso de 16.5% en 2002, ha llegado hasta 23% en 2006. Los seis puntos porcentuales de
diferencia se concentran en las retenciones a las exportaciones y el impuesto al cheque (4.5 puntos), mientras que el resto son mayores aportes de Ganancias, y en menor medida de IVA.

Es interesante, entonces, revisar la estructura tributaria de nuestro país, y para ello nada mejor que realizar una comparación con aquella vigente en los países más desarrollados.

Los impuestos sobre los bienes y servicios son muy relevantes en los sistemas tributarios de todo el mundo. Dentro de ellos, el IVA es el más importante para la mayoría de los casos. Si se consideran los países de la OECD, los tributos indirectos representan el 35% del total de impuestos percibidos, siguiéndole Ganancias de Personas Físicas, con el 26%, las Contribuciones Sociales de los
Empleadores, con el 15%, las Contribuciones Sociales de los Empleados, con el 8%, Ganancias de Corporaciones y Sociedades, con el 9%, y un resto con el 10%, entre los que se ubican tributos tan disímiles como a la propiedad y al comercio exterior, entre otros impuestos de menor significación.

Es decir, en los países de la OECD, que son naciones líderes en el desarrollo económico global, los impuestos indirectos más los pagos por Ganancias de Personas equivalen al 61% del total, siguiendo las recomendaciones citadas de la literatura económica, que señala que se debe evitar gravar al capital, para no afectar las decisiones de inversión. La evidencia también indica que los  impuestos sobre los bienes y servicios son centrales en las estructuras tributarias de las naciones.

La estructura tributaria argentina tiene en el IVA a su impuesto central. En 2006, contribuyó con el 29% de la recaudación nacional total. El resto de los impuestos sobre bienes y servicios (internos, combustibles) aportó el resto para llegar al 39.5% que totalizan estos impuestos indirectos. Ganancias de Personas Físicas participa con el 7%, mientras que Ganancias de Sociedades aporta el 16.3%. Las Contribuciones Sociales suman el 14.4%. En tanto, los impuestos sobre la propiedad son elevados, con el 9.5%, concentrados en el Impuesto a los Débitos y Créditos Bancarios (ICDB) con el 8.5%. Lo mismo los gravámenes sobre el comercio, con el 14%.

La comparación con la estructura tributaria de los países de la OECD arroja que Ganancias de Personas Físicas tiene una muy baja participación en la Argentina (7% vs. 26%), Ganancias de Sociedades a la inversa es elevada en Argentina (16.3% vs. 9%), tributos no recomendados por la teoría como al comercio y a la propiedad (específicamente IDCB) son elevados, y finalmente los tributos sobre los bienes y servicios son altos, pero en general alineados con la evidencia internacional. La estructura refleja que en la Argentina se está gravando a la inversión más allá de lo recomendable, por el peso de Ganancias de Sociedades, y también por la incidencia indirecta de los gravámenes sobre el Comercio y el IDCB.

Esto es relevante en la comparación internacional pues se pierde competitividad relativa para atraer inversiones, hoy tan necesarias en materia de energía, petróleo y gas, por citar algunos sectores.

En 2007, si la recaudación sigue la tendencia de los tres últimos meses, crecerá por lo menos 28% anual. Como la inflación y la actividad seguirían a un ritmo similar, no cabe esperar otra cosa. Aun con alguna
desaceleración hacia fines de año, la brecha con los ingresos tributarios presupuestados sería del orden de .000. Es decir, queda margen para intentar una reforma tributaria, que considere tanto parámetros de equidad como de eficiencia a la hora de gravar tanto la inversión como los consumos de la población.

Ernesto O’ Connor es Licenciado en Economía y Coordinador Responsable de la Universidad Católica Argentina (UCA)
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