Una mirada a Cuba

Esta semana, Fidel Castro ha vuelto a dar otro golpe de efecto con su conversación radiada con el presidente Hugo Chávez, que ahora también es presentador de televisión y radio. Ese mismo día, en La Habana, se reunía una nutrida delegación venezolana para encauzar negocios con Cuba por valor de casi 1.200 millones de euros para este año. La presencia venezolana en la isla caribeña es política -el retrato de Chavez está cada vez más presente en fábricas y edificios públicos-, cultural y económica. La española, sobre todo, es económica, ya que en Cuba España tiene importantes negocios en el sector turístico, con Meliá a la cabeza, y en el tabaco,
donde Altadis participa con el 50% de Habanos, el fabricante de los ya míticos Cohiba que ayudó a prestigiar el ex presidente Felipe González. Mientras, planean nuevas inversiones de Repsol que pueden ser o no importantes en función de sus prospecciones petrolíferas.

La España de González y de Fraga, aún discrepando del régimen castrista, estuvo muy en contacto con Cuba, a la que la España de Aznar dio más bien la espalda, con la llamativa excepción de lo que hacía Fraga desde la Xunta de Galicia. La España de Zapatero y de Rajoy fuma los habanos menos a la vista, aunque en la isla siguen operando empresarios españoles -con Víctor Moro a la cabeza de su asociación-, que reclaman atención.

¿Cuál será la estrategia española para la Cuba del futuro? Suponiendo que Moratinos no siga reduciendo el mundo a lo que pasa en Palestina, estaría bien saber qué hará España en un país donde, además de grandes oportunidades de desarrollo económico, resulta que hay miles y miles de españoles emigrados.