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Champions: los che, en cuartos

El Barça roza el milagro y el Valencia lo consigue

El Barça roza el milagro y el Valencia lo consigue

lunes 05 de marzo de 2007, 09:56h
El 'milagro de Liverpool' que buscaba el Barça estuvo a punto de acontecer, pero sólo logró uno de los dos goles que necesitaba para solucionar el fiasco del partido de ida (0-1) y cayó eliminado. Sí se mete en cuartos de 'Champions' el Valencia, tras un sufrido empare en Mestalla que hace valer el 2-2 de Milán.

El FC Barcelona rozó la remontada ante el Liverpool gracias a un gol de Gudjohnsen a un cuarto de hora para el final, pero se despidió en los octavos de final del sueño de revalidar el título de la Liga de Campeones con una victoria insuficiente en Anfield en un partido en que defraudó y fue inferior durante casi todo el encuentro.

El Liverpool se merendó a los azulgrana durante la primera parte y mereció haberse ido al descanso con ventaja, incluso con el partido sentenciado, aunque dos veces el larguero, a disparos de Riise y Sissoko, y en otra jugada Valdés y Puyol sobre la línea, mantuvieron con vida a un Barça que prácticamente no había aparecido en ataque.

   En la segunda parte, sin embargo, el Barça, que debía levantar un 1-2, despertó, Ronaldinho lanzó un balón al poste y el gol de 'Guddy' devolvió la esperanza en un cuarto de hora final con los azulgrana volcados en ataque, aunque el Liverpool aguantó y mantuvo la historia de Anfield, donde nunca nadie ha dado la vuelta a una eliminatoria.

   El 0-0 fue el mejor resultado posible para el Barcelona, vistos sus méritos, para comenzar la segunda parte. El primer tiempo fue decepcionante para los culés, incapaces ante la disciplina defensiva del equipo de Benítez, que daba la sensación de conocer de memoria todos los movimientos y posibilidades de juego del Barcelona.

   Ni mucho menos fue un problema para los 'reds' hacer frente al sistema 3-4-3 del Barcelona. No concedieron ni una sola oportunidad de gol ante Reina. Ni siquiera hubo lanzamientos entre los tres palos por parte del Barça en el primer tiempo. El Liverpool lo maniató en el centro del campo y ejerció una enorme superioridad.

   El Barcelona se vio superado desde el comienzo y no tuvo capacidad de respuesta. En ataque le faltó el punto de chispa necesario para desarmar el planteamiento defensivo del rival, distribuido nuevamente en dos líneas de cuatro que resultaron impenetrables, y echó de menos a sus figuras, ya que Ronaldinho, Eto'o ni tampoco Deco aparecieron.

   Tampoco Xavi e Iniesta lograron esta vez hacerse con el balón en la pelea con Gerard, Xabi Alonso y Sissoko. Lo hizo algo mejor Messi, que en su primer balón desbordó a Arbeloa, al que además una tarjeta amarilla al cuarto de hora convertía en el jugador propicio sobre el que volcar el ataque, pero el Liverpool no daba opción.

   El equipo inglés, más vivo e intenso en todas sus acciones, pudo haber goleado, pues supo aprovechar los espacios de la arriesgada defensa barcelonista, aunque le faltó puntería. El noruego Riise, autor del 1-2 en Barcelona, avisó con un primer disparo (m. 8) que salió fuera y poco después (m. 11) lanzó el balón al larguero.

   A esa jugada, le siguieron otras dos clarísimas para el 1-0. En el 26, Valdés salvó un tiro de Bellamy y el posterior de Kuyt, y despuésla rodilla de Puyol, sobre la línea, evitó el tanto de Riise. Y en el 32, Sissoko, desde fuera del área y con la puerta vacía, envió de nuevo el balón al travesaño tras un gravísimo error de Valdés.

Gudjohnsen abrió la esperanza

   Los azulgrana únicamente habían inquietado a la grada de Anfield en un remate desviado de Márquez (m. 20) en una falta servida por Deco, pero que fue anulada por fuera de juego, y en una acción fugaz de Ronaldinho y Eto'o al final de la primera parte, en la que ambos se vieron perdidos. La reacción llegó en el segundo tiempo.

   A los ocho minutos de la reanudación, el brasileño, en su primera acción explosiva, recogió un balón de espaldas al área y se fue directo a por el gol, dejando atrás a Carragher y a Arbeloa, pero su disparo se fue al poste izquierdo de Reina. La jugada, sin embargo, le dio la esperanza y la fe en sí mismo que requería el Barcelona.

   Poco después, el árbitro le perdonó la expulsión a Thuram por un codazo a Bellamy, y Messi ponía a prueba a Reina desde fuera del área. El Barça empezaba a despertar y, a falta de media hora, Rijkaard buscó algo más de velocidad con la entrada de Giuly en lugar de Eto'o, todavía muy lejos de un estado óptimo para competir.

   Benítez optó por sentar a Bellamy para poner a Pennant sobre el campo, renunciando a un delantero, mientras Rijkaard trató de encontrar soluciones variando las posiciones de Xavi e Iniesta y después con la entrada de un delantero por un defensa, Gudjohnsen por Thuram, para retrasar a Márquez y formar con cuatro delanteros.

   Y el islandés, que no marcaba desde diciembre en el Mundial de clubes, metió al Barça en la eliminatoria al anotar el 0-1 a un cuarto de hora del final, tras driblar a Reina en una gran resolución después de recibir un buen pase de Xavi. Fue entonces cuando los azulgrana se lanzaron a por un Liverpool que parecía desconcertado.

   Los ingleses, sin embargo, superaron el golpe y también tuvieron ocasiones para la igualada, entre ellas una de Gerrard que rechazó un gran Valdés y, sobre todo, una de Crouch en boca de gol que salió alta. Sin tiempo para más, el rugido de Anfield con el clásico 'You'll never walk alone' bajó al Barcelona del tren hacia Atenas.

   El valor doble de los goles en caso de empate, en este caso un 2-2 global, clasificó al Liverpool, que mantiene el sueño de su sexta corona europea gracias a su triunfo en el Camp Nou, donde dos errores condenaron al Barça de Rijkaard, que encajaba su primera derrota como local en Europa tras una racha histórica de 17 partidos sin perder.

El Valencia se cobra las deudas que tenía con su 'bestia negra'

Por su lado, el Valencia se clasificó para los cuartos de final de la Liga de Campeones después de empatar a cero contra el Inter de Milán en Mestalla y hacer valer la igualada a dos de la ida, con lo que se cobra las deudas deportivas que tenía pendientes con la escuadra italiana.

   El conjunto valencianista pasó con un punto de sufrimiento ante una Inter que sólo apretó en el último cuarto de hora de partido y que nunca pudo con la férrea defensa local. El equipo blanquinegro estará en el bombo el próximo viernes y jugará la ida de los cuartos de final de la 'Champions' el 3 ó 4 de abril.

   Quique Sánchez Flores no se arrugó ante el Inter de Milán y apostó por mantener la forma de juego de toda la temporada y actuar con dos delanteros. Una muestra clara de intenciones ofensivas que demostraban que su equipo no tenía intención de especular con el resultado de la ida.

   El que también fue fiel a su estilo fue Roberto Mancini con un 4-3-3, con un centro del campo presionante y con Ibrahimovic y Crespo acompañados por el escudero Stankovic en la delantera. El técnico italiano dejó descuidada la parte derecha del centro del campo y le dio toda la banda a Maicon.

   El Inter, obligado a marcar, tuvo más presencia en la primera mitad. Sin embargo, fue una posesión de balón poco efectiva porque Cañizares sólo apareció en el partido para provocar una tarjeta amarilla y sacar otra para Ibrahimovic tras encararse con el espigado delantero sueco, tras una falta a Albiol.

   Precisamente, Ibrahimovic fue el más bullicioso de la escuadra 'nerazzurra', pero sin llegar a inquietar la meta valencianista. Los de Quique fueron demasiado previsibles en sus acciones de ataque, sobre todo, porque mientras jugaron Marchena y Baraja en el centro del campo, ambos lo hicieron en paralelo, con lo que el equipo perdía en profundidad.

   Baraja protagonizó la acción destacada del primer tiempo cuando se lesionó en el minuto 34 tras lanzarse al suelo a pelear un balón. El capitán se retiró con molestias en el parte posterior de la rodilla derecha y en su lugar entró Hugo Viana.

   El primer asalto estuvo presidido por una calma tensa. El empate a cero dejaba la eliminatoria demasiado abierta para los dos equipos y ambos se dedicaron más a preservar su marco que a lanzarse hacia el territorio contrario. Ayala destacó en labores defensivas. El argentino firmó el manual de la anticipación para secar a Ibrahimovic y Crespo.

   Valencia e Inter siguieron con el mismo ritmo tras la reanudación y con las mismas precauciones. No fue hasta pasada la hora de partido cuando Mancini apostó por el talento de Figo en lugar del trabajo de Dacourt. Sánchez Flores también movió a sus peones y retiró a Morientes para dar entrada a la chispa de Vicente en la banda izquierda.

Contra el crono

   A falta de 20 minutos, los dos equipos empezaron a mirar de reojo el marcador y el reloj que corría a favor del Valencia y en contra de los de Mancini. Era el momento en el que los italianos tenían que dar un paso al frente y sacarse el corsé con el que había jugado hasta ese instante. El Valencia esperaba agazapado a que su rival se diera alguna alegría en ataque.

   Marchena salvó al Valencia de un gol en el minuto 75 cuando Cañizares ya estaba batido. El partido subió de revoluciones y Quique aún pisó más el acelerador cuando metió en el campo Joaquín. El Inter se volcó sobre el campo valencianisa y los locales empazaron a sufrir ciertos apuros.

   Al final, el conjunto de Mancini reaccionó demasiado tarde y se encontró una defensa bien plantada que supo capear el pequeño temporal de los últimos diez minutos. Marchena pudo matar el partido en el 89 pero su tiro desde fuera del área dio en el palo. El bombo espera al Valencia el próximo viernes donde conocerá a su rival en los cuartos de la 'Champions'.

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