Bromas, noticias falsas, ‘barriobajerío’… ¿qué les pasa a algunos medios? Quiero ser absolutamente objetivo para analizar este tema. Simpatizo claramente, no tengo problema en admitirlo, con los ideales más progresistas y liberales sobre la sociedad, la cultura y la política. Pero lo cortés no quita lo valiente. Lo ideológico no quita lo objetivo. La perspectiva crítica y el ánimo de ser constructivo.
No entiendo que sea gracioso que el Follonero engañe a media España con su abuelita que había perdido el décimo de la Lotería de Navidad premiado con el Gordo. Y me cae genial este humorista, y me encanta su programa, y me parto con él. Pero hay límites, y algunos los sobrepasan.
Todo esto viene por la última vivencia desagradable. La del Wyoming y su ‘becaria’. Una broma que quisieron gastar al programa ‘Más se perdió en Cuba’ de Intereconomía. Esa radio que pronto se expandió y llegó a ser también televisión y que ha perdido el norte abanderando, junto a la maleducada COPE y el oscuro diario ‘Alba‘, un frente mediático radical anti-ZP.
Entiendo que es gracioso, y yo no voy a negar que me reí hasta más no poder de ese programa tan incauto, que ha cometido un error de primero de Periodismo, al no contrastar la fuente de la filtración. Para quien no sepa la noticia, se trata de una broma que el programa de La Sexta ‘El Intermedio’ gastó a sus compañeros de profesión. Dicha broma consistía en grabar un vídeo en el que se fingía una encendidísima bronca del Wyoming a una becaria del programa. Los de Intereconomía ‘picaron’ el anzuelo y lo emitieron como si fuera una exclusiva muy nutritiva para poder criticar a “estos progres de izquierda”. Se pueden imaginar que en la tertulia de esa televisión de ideología derechista esgrimieron cien mil argumentos sobre lo que la izquierda y la “progresía” hace de boquilla pero que luego no cumple en la realidad. Misión cumplida. La broma tuvo un éxito rotundo. Ahora bien… ¿a qué hemos llegado?
Es una absurda guerra de medios. Los medios estamos para dar un servicio a la sociedad, servir a un derecho constitucional que es de ser informados. Si precisamente desde algunas emisoras como la COPE, o Intereconomía, se decide hacer una campaña radical de insultos y ausencia total de objetividad -y a veces de raciocinio-, lo menos inteligente es ponerse a su nivel y darle más importancia de la que tiene. Que cada uno juegue sus cartas. Nosotros, desde Diariocrítico, podemos estar orgullosos de no perder nunca el norte. Y otros compañeros lo hacen también. Es una lástima que se esté sobrepasando algún límite por La Sexta, Intereconomía y algunos más que prefiero ni mentar. Todos sabemos quiénes son.