Los Kirchner abren campaña a todo vapor

Los Kirchner, la pareja gobernante de Argentina, comenzaron a distribuir abiertamente dinero para obras en los barrios populares del cinturón urbano que rodea la capital, en una apuesta por conservar el control del Congreso en las elecciones de octubre.

El ex presidente Néstor Kirchner, esposo de la actual mandataria Cristina Fernández, entró literalmente en campaña esta semana con una visita por un distrito de clase trabajadora del llamado "conurbano" donde el Gobierno está construyendo un mercado concentrador, cloacas y centros de educación.

Kirchner gusta de hacer movimientos arriesgados y muchos argentinos creen que cogobierna el país junto a su esposa.

Si el matrimonio pierde poder en el Congreso, una situación con la que ya convive en la capital y en zonas rurales, los analistas dicen que el ahora también presidente del oficialista partido peronista deberá abandonar cualquier posibilidad de regresar a la Casa Rosada en el 2011.

La estrategia es mantener leales a los alcaldes, quienes juntan votos en el área industrial del conurbano, un bastión peronista que tiene a un cuarto de los votantes del país.

"El único refugio que tienen los Kirchner es el conurbano mientras sigan invirtiendo allá (...) Eso cuesta dinero", dijo el analista político Sergio Berensztein.

En el acto del martes por la noche, Kirchner prometió estabilidad laboral y alabó a su esposa por lanzar "el plan de obras públicas más importante de la historia" del país.

El periódico La Nación, muy crítico del oficialismo, estima que Kirchner distribuirá este año un mínimo de 5.000 millones de pesos (unos 1.500 millones de dólares) del presupuesto federal para obras públicas en el conurbano.

Docenas de alcaldes del área desfilaron por la oficina de Kirchner en la residencia presidencial en enero para mostrarle planes de puentes y hospitales.

"Va a tener apoyo importante en las elecciones de las personas de acá. Las obras están a la vista por aquí", dijo Jorge Velasco, de 51 años, dueño de una pizzería en Jose C. Paz, una de las ciudades más pobres de Argentina.

NO LLORES POR MI ARGENTINA

La distribución masiva de dinero no será simple considerando lo ajustado del presupuesto de este año, debido a la merma de los ingresos impositivos ligada a la caída del precio de la soja, la carne y otras exportaciones del país.

Pero los Kirchner han tomado préstamos de otras agencias del estado para fondear obras públicas, incluso en momentos en que la economía se está enfriando en forma contundente.

Kirchner, quien condujo al país durante el boom económico 2003-2007, habló el martes frente a una gigantesca fotografía de Eva Duarte de Perón, símbolo del estado omnipresente de las décadas de 1940 y 1950, cuando gobernaba su esposo Juan Perón.

Una versión de "No llores por mí Argentina" sonaba a través de los altoparlantes mientras se proyectaban fotografías de Evita y atronaba el coro "¡Perón, Perón! del himno partidario.

"Si el oficialismo mantiene unidos a los intendentes del Gran Buenos Aires, aún en condiciones socioeconómicas adversas, el oficialismo tiene un piso mínimo del 35 por ciento de los votos", dijo el analista político, Rosendo Fraga.

Ninguna otra fuerza está en condiciones de reunir por sí misma un porcentaje cercano a ese valor.

Los analistas sostienen que si los Kircher logran retener el conurbano, entonces podrán conservar el control en el Senado, que renovará un tercio de sus bancas. Y si bien podrían perder la mayoría en la cámara de Diputados -donde se elegirá ala mitad de los asientos- aún serían la primera minoría.

Kirchner ha evitado definir si competirá por un puesto en el Congreso, pero muchos analistas esperan que lo haga por la provincia de Buenos Aires si los sondeos indican que ningún otro peronista lo iguala en intención de voto.

Según el sistema electoral argentino, los votos que reciba Kirchner arrastrará a varios de los legisladores de su partido que aparezcan en su boleta al interior del Congreso