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La derrota del golpista-caudillo

La derrota del golpista-caudillo

viernes 06 de febrero de 2009, 18:14h

El triunfo del golpista-caudillo el 15F-09, según las principales encuestadoras  y algunos comportamientos opositores, es materialmente irreversible. Y se señala que este resultado es el producto del alejamiento que tiene la mayoría de la población con el liderazgo y los partidos políticos de la actualidad.

El Nacional del 01/02/09 titula así: "Mitad de los venezolanos no se identifica con líder alguno". Y agrega (p.6) que para las principales encuestadoras (Datanálisis, IVAD, Lacso y Consultores 21) entre el 45 y el 55% de los venezolanos no están con el chavismo o con la oposición. Eso quiere decir que estos dos grupos reúnen menos del 50%. De modo que en principio se podría ganar con una cifra ligeramente superior al 25% de los votos.

Pero estas encuestadoras no explican por qué se presenta esta situación ni por qué se mantiene la popularidad del hegemón en el orden del 50%. Esto plantea una interrogante de mucho impacto: ¿Hay alguna relación entre el 50% que no suscribe ningún liderazgo y el 50% que  convierte al golpista-caudillo en un líder popular, aceptado y querido?
¿Cómo explicar que ese 50%, diga aún que "con hambre y desempleo con Chávez se restea"?

La fuente antes citada establece la ventaja del "Sí es Sí" sobre el "No es No" de esta manera: "Faltan dos semanas para aprobar o rechazar la enmienda y salta a la vista -y a los oídos- la avalancha del mensajes por el Sí. La estrategia del chavismo, concluyen los  analistas, es reforzar la polarización y el chantaje a sus seguidores, usando todos los medios disponibles, que son demasiados".

Se señala, sin embargo, que tiene mucha importancia la capacidad que demuestren ambos bandos para captar el voto no alineado, independiente o "NI-NI".  Pero es elemental que si se hace valer la nombrada popularidad y la posesión de recursos para todo tipo de negociación y la disposición del CNE a ayudar, no tiene por qué haber ningún tipo de sorpresas el 15F.

Y la misma fuente se encarga de reforzar su apreciación de la ventaja. Al contrastar los medios disponibles por "los chavismos" con los que corresponden a "las oposiciones", apunta: "Mientras tanto, el otro bando luce disminuido. Los líderes de la oposición están a punto de perder esos votos de los NI-NI/no alineados/independientes conquistados desde 2007, como lo demuestra la última encuesta de Datanálisis".

Esa encuesta alude al crecimiento-recuperación del Sí es Sí: "El grueso de este grupo sucumbió ante la polarización y tomó postura. El resultado: 52% de los venezolanos apoya la enmienda, 48% la rechaza". No se dice, sin embargo, que el bando de la tercera posición o la Otra Venezuela es y será la mayoría.

Para esta fecha, para las encuestadoras y el sentido común parece estar claro que "los chavismos", dueños del poder, multimillonarios y con su CNE, tienen todas las de ganarle a unas oposiciones sin fuerza electoral ni ascendencia en el electorado y que sólo cuentan con un "movimiento estudiantil" que dista mucho del surgido en el 2007, debido a que hoy está claramente establecida la conexión de la mayor parte de sus dirigentes con partidos políticos.

Pero las oposiciones y sus voceros no parecen interesados en determinar qué pasa hoy en este ex país, qué pasa en una política cuyo liderazgo tiene una sola voz que traza los lineamientos para todos los actores. Por ello, El Nacional, que también actúa como Movimiento 2D, da una respuesta de superficie a la denuncia que en la misma fecha hace sobre la falta de identificación de la mayoría de los venezolanos con los chavismos y las oposiciones: "Ni quieren democracia ni quieren revolución".

Esta mancheta, a pesar de su tono de burla, acierta: la mayoría de los venezolanos no quieren una falsa democracia como la que se vivió a lo largo de 40 años ni la llamada 'revolución bolivariana' que es la continuación del drama puntofijista.

Y en este punto hay que llamar la atención respecto a los aspectos que unen a los chavismos y las oposiciones. El oficialismo de hoy y el de ayer sienten la necesidad de mantener controlado al colectivo. De ello dependen sus respectivos poderes. Y hoy se desesperan  cuando ven crecer el repudio a esas dos políticas de la destrucción que profundizan cada vez más la condición de ex país de esta destrozada Venezuela.

Que haya más de un 50% de la población que no siga las directrices de los politiqueros es un reto de grandes dimensiones para la continuación del dominio de los privilegios de unos y otros.

Y hay algo ya establecido: la derrota irrecuperable de la llamada cuarta república. Y no es verdad que el "proyecto revolucionario" alcanzará la estabilidad para su desarrollo a partir del 15F-09.

Este triunfo, en medio de la situación de sobredescomposición reinante, será motivo de abiertas y crecientes protestas que sólo serán detenidas con la aplicación de la violencia de que ya hace gala el régimen.

Este es el escenario del estallido social que puede juntar las partes del descontento civil y militar. La violencia adquiriría entonces proporciones incalculables en estos momentos. Porque su tamaño lo define la represión que aplicará el régimen para "salvar la revolución de las garras de la oligarquía".

A esta hora hay que insistir en la necesidad de hacer todo tipo de esfuerzos tendentes a evitar la confrontación que deje más víctimas en el camino.

Es mucha la gente, de lo que se podría llamar "generación de los 60", que quedó en el camino y otros  que están empeñados en apartar  aquella derrota abrazando las banderas de una acción, que junta golpismo y demás prácticas liberal-positivistas, que, en medio del fanatismo-desesperación, serán capaces de cualquier violencia para salvar las posiciones de poder que les hacen sentir hoy triunfadores y revolucionarios.

En este caso, el papel de la mayoría de los venezolanos es abrirse a la participación con miras a lograr una organización que coloque este colectivo en el camino de las luchas pacíficas, legales y creadoras. Y haciendo valer un arma fundamental: la fuerza indoblegable del colectivo actuando en términos de democracia que significa entendimiento para dar inicio a la obra de reconstrucción que saque a Venezuela de la condición de ex país. En esta dirección estaría la derrota del golpista-caudillo.

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