En apenas dos partidos como seleccionador, Maradona dotó a la selección del carácter que le convirtió en uno de los jugadores más carismáticos de todos los tiempos, una seña de identidad completada con el talento de Lionel Messi sobre el terreno de juego.
En su primera aparición como internacional bajo la batuta de Maradona, Messi demostró que está dispuesto a darle a la albiceleste el toque especial que le viene dando en los últimos meses al Barcelona.
Sus chispazos de calidad en el Velódromo marsellés, aunque irregulares, iluminaron una noche que los seleccionadores habían planificado más tosca y embarullada en el centro del campo.
El menudo y astuto Messi desatascó el partido, lo colocó más cerca del área francesa y acabó por apropiárselo con un gol magistral, pleno de fuerza y de fe, que acabó por poner a más de 60.000 franceses a cantar "olés" al juego albiceleste.
Si en los prolegómenos el partido era de Maradona, acabó siendo de Messi, como si el jugador del Barcelona hubiera decidido jugar en el campo el papel que el "Diez" solía interpretar en sus años de gloria, ensombreciendo a figuras del banquillo como César Luis Menotti o Carlos Bilardo.
Su "alter ego", su prolongación en el campo y casi su reencarnación, si se atiende al parecido futbolístico que muchos les otorgan.
"Si sigue así, conseguirá ser mejor que yo", afirmaba Maradona la víspera. "La pelota forma parte del cuerpo de él. Es imposible quitársela", aseguró tras verle en Marsella, presto a cubrir de gloria al jugador.
Y a otorgarle galones, sabedor de que su selección precisa de su carácter ganador, pero también de un liderazgo como el que el "Diez" ejercía en la selección que ganó el Mundial de 1986 y llegó a la final cuatro años más tarde.
Era el segundo encuentro de Maradona como seleccionador y Diego " puede presumir de contarlos por victorias. Frente a Escocia se impuso en un encuentro timorato (0-1) y sin muchas de las figuras argentinas. Contra Francia dio un auténtico golpe de autoridad y comenzó a mostrar el perfil de lo que quiere que sea su equipo.
Aguerrido en defensa, rugoso en el centro del campo y ágil en ataque. Demichelis como líder de la zaga, Mascherano y Gago artífices de la contención y la construcción, respectivamente, en el centro del campo, y Messi como mago ofensivo acompañado de la velocidad de Agüero.
"Hemos estado a un gran nivel", explicó al término del encuentro para agregar que será difícil que otros jugadores le quiten el puesto a los que vencieron en Marsella.
Un frase que dejó caer y que genera dudas sobre la entrada de otros jugadores. Parece que Riquelme tiene un lugar prometido al lado del "Diez" y con ese mismo número en la espalda, pero otros deberán "hacer muchos méritos" para llamar a la puerta de la selección, según las palabras del propio técnico.
Ahora, el gran objetivo será demostrar el mismo nivel en las eliminatorias mundialistas, donde por el momento se ubica el equipo en la tercera empatados con Chile y por detrás de Paraguay y Brasil.
Sus próximos compromisos serán frente a Venezuela en Buenos Aires y contra Bolivia fuera.