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Revalorización del Estado en tiempo de crisis

Revalorización del Estado en tiempo de crisis

martes 17 de febrero de 2009, 00:09h
La crisis motiva a construir la “ecuación” entre Estado, mercado, y sociedad que haga posible el progreso económico, disminución de las desigualdades y de la pobreza, y la consolidación de las libertades y la democracia en nuestra región.

Durante el sexenio 2003-2008 se produjo un período extraordinario de crecimiento y bonanza fiscal en América Latina, que llevó a un crecimiento económico sostenido el cual alcanzó su punto más alto el año 2007 cuando, según estudios de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el PIB de la región creció en promedio 5,8% y los gobiernos veían con agrado que poco a poco sus países se iban recuperando de los devastadores efectos de la crisis asiática. A lo anterior, se sumó una “bonanza fiscal responsable”, que se reflejó en la fuerte caída de la deuda pública  y un aumento del gasto público, especialmente en seguridad social; asistencia social y mejorando mercado laboral formal, es decir el asalariado haciendo que de manera paralela, disminuyera el trabajo por cuenta propia.

Entonces, en esos seis años, las tasas de crecimiento más altas, el menor desempleo y los empleos de mayor calidad permitieron no solo a mejorar los indicadores de pobreza, sino que además contribuyeron a disminuir la desigualdad entre los grupos más ricos y más pobres de la región. Eso se vio reflejado en la disminución de la pobreza y de la indigencia en la región y en el caso de Chile, se esperaba que a fines del año 2008 la economía hubiera crecido en torno al 6%.

Sin embargo, la pregunta que todos se hacen es ¿qué ocurrió? En líneas generales, la lectura que hacen analistas es que se conjugaron una serie de factores que hicieron que se instalara como realidad algo que solo era un riesgo. Esto hizo que la crisis actual, que comenzó en el sector financiero e hipotecario de Estados Unidos además, de producir una fuerte caída de la demanda global, obligó a las economías regionales a enfrentar una explosiva combinación: una inflación disparatada, un menor crecimiento, el precio del petróleo en las nubes, mayores presiones inflacionarias por un alza en el precio de los alimentos.

Varios indicadores se desplomaron haciendo que la economía de la región siguiera adelante como “un planeador” no como un “avión”. Lo anterior, porque los países en desarrollo están en recesión y el precio de los productos básicos (petróleo, minerales y alimentos) colapsaron. “En el caso de Chile, el precio del cobre finalizó el año 2008 con un promedio de 315,316 ¢/lb, ubicándose 2,45% por debajo del promedio del año 2007 ya que la cotización sucumbió a las débiles perspectivas para la actividad económica global, que se agudizaron a partir del mes de septiembre, llevando la cotización promedio anual a descender 12,7% respecto del promedio acumulado a finales del tercer trimestre. Esta declinación hizo que se cerrara el año con cotizaciones que no se observaban desde septiembre del año 2004”. 

A Chile, el estallido de la crisis llegó a través del alza en el precio de los combustibles, lo que incidió directamente en los costos de las empresas, la inflación y el crecimiento de la economía y el efecto dominó, hizo que el Banco Central recortara drásticamente las expectativas de crecimiento de la economía.

En este contexto, es cuando se abre una oportunidad para pensar en un nuevo rol legitimador para el Estado y tanto de su ámbito como de su alcance en las responsabilidades gubernamentales en la esfera económica y social es decir, como actuara en la protección de los sectores más vulnerables para seguir asegurando un desarrollo inclusivo y que la búsqueda de la rentabilidad privada no atente contra el bienestar general.

A fines del mes de enero del presente año, se realizó en la sede de la CEPAL el XXI Seminario Regional de Política Fiscal, en el cual se trató como tema principal el impacto de la crisis global y las medidas que debiera adoptar América Latina y el Caribe. Expertos de toda la región analizaron las medidas que se han tomado y se realizaron sugerencias para enfrentar lo que viene más adelante.

La Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena, al inaugurar el seminario expresó que “existe en América Latina y el Caribe un amplio margen para ampliar la efectividad de la política fiscal en sus funciones de estabilización del ciclo económico, de asignación de recursos y de redistribución de ingresos”. 

Tan importantes como las reformas a las estrategias de asistencia de los organismos internacionales de financiamiento son las políticas fiscales domésticas. De hecho por primera vez, los países de la región más afectados, están enfrentando la crisis con políticas fiscales activas, en las cuales se financian las medidas con el uso de activos financieros disponibles sin contemplar, un endeudamiento significativo. Si este esfuerzo se mantiene, estaría mostrando una inédita capacidad contra-cíclica en la cual, una contracción de la actividad privada sería contenida por un gasto público que debería crecer de manera significativa.

Lo anterior, debería ir acompañado de iniciativas tendientes a reforzar la transparencia y evaluación del desempeño de programas e inversiones públicas. “La sucesión de medidas de este principio de año, muestra que los Gobiernos están muy activos, preocupados por la expectativa de caídas importantes de la actividad del sector privado. Los paquetes fiscales representan en algunos casos montos significativos del PIB, orientados esencialmente a aumentar el gasto en inversión pública. Así, en Argentina y México la inversión pública para el 2009 rondará los 5 puntos del PIB: en Chile el plan de estímulo fiscal representa 4 puntos, y en Perú el plan de obras es igualmente significativo”.

En la inauguración del mismo seminario, Carlo Cottarelli, Director del Departamento de Finanzas Públicas del FMI, llamó a evitar que la solvencia fiscal enfrente riesgos. Recomendó promover más estímulos fiscales; recurrir a reformas estructurales para potenciar el crecimiento económico; y, en el caso de países que enfrentan envejecimiento, crear un plan a largo plazo para responder eficientemente con los sistemas de pensiones y de salud públicos. Teresa Ter-Minassian, Consejera Especial del Director Gerente del FMI, afirmó que las políticas fiscales y macroeconómicas de los años recientes han creado espacio fiscal en varios países de la región para absorber el impacto endógeno de la crisis sobre las finanzas públicas y evitar así efectos experimentados en crisis anteriores. Acotó que aprueba el estímulo fiscal reversible o temporal y respaldado por la sustentabilidad fiscal a largo plazo. Por último, Temístocles Montás, Secretario de Estado de Economía, Planificación y Desarrollo de República Dominicana, país que actualmente preside la CEPAL, señaló que los organismos internacionales de financiamiento deben entender la precariedad de la situación y crear mecanismos innovadores de rápido desembolso que ayuden a las economías de la región a suavizar este golpe externo.

Luego de tres días de debates, las principales conclusiones del Seminario giraron en torno al nuevo rol que debería tener el Estado en esta nueva crisis. Entre los desafíos a enfrentar está la consolidación del nivel de carga tributaria para asegurar la solvencia fiscal mejorando el impacto distributivo de los impuestos para reducir la evasión tributaria.

Una de los problemas con los que se ven enfrentados los Gobiernos en esta crisis es hacerle frente a la disputa no resuelta entre actores con intereses, posiciones e interpretaciones contrapuestas acerca del rol del Estado en la vida económica y social  y su  financiamiento. Por un lado, esta la visión de Hayek para quien toda intervención estatal en la economía es intrínsecamente perversa. Por otro, la propuesta de Keynes en la cual  el Estado debe jugar en general un papel contracíclico en la economía,  estimulando la demanda en momentos de recesión y restringiéndola en momentos de auge y de esta manera, los ciclos económicos se aminoran y no se transforman en crisis.

A favor de los Gobiernos latinoamericanos y caribeños, juega la madurez del proceso democrático en la región, especialmente al consolidarse la responsabilidad fiscal en la legislación de muchos de estos países. De no haber hecho nada, sí era posible que actualmente, el riesgo hubiera sido mayor. 

En estos momentos, las clasificadoras de riesgo están tan desprestigiadas por estar implicadas en la generación de la crisis financiera actual que lo que digan en este momento vale  tan poco, que seremos nosotros los ciudadanos los únicos que podremos calificar las políticas adoptadas por nuestros Gobiernos para enfrentar la crisis.

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Loreto Soler
Periodista
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