Madrid.
Las diferencias que sostienen el gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y el opositor Partido Popular (PP) sobre la estrategia que debe aplicarse para luchar contra la banda terrorista vasca ETA, así como la polémica que sucedió a la decisión del Ejecutivo presidido por José Luis Rodríguez Zapatero de conceder "prisión atenuada" al etarra Iñaki de Juana Chaos, han afectado ostensiblemente los términos de la convivencia pactados durante la época de la "Transición".
Esta manifestación es significativa por varias razones: Es la primera que convoca el PP contra la Legislatura de Zapatero, quien cumple tres años en el poder el miércoles; utilizó como argumento el caso De Juana Chaos y la política antiterrorista del gobierno socialista; y se desarrolló a pocas semanas de las votaciones autonómicas y locales del 27 de mayo.
En la izquierda denuncian que, por primera vez en la historia de España, la política antiterrorista del Estado está siendo utilizada como "arma electoral" y critican que el PP "saque de las instituciones y lleve a la calle" este conflicto. La derecha acusa al líder del PSOE de ceder al chantaje de ETA y le achaca haber puesto a la sociedad de rodillas ante criminales.
"La denominada "teoría de la conspiración del 11M", hasta la fecha rebatida por las pruebas y testimonios recabados por las autoridades, afirma que ETA estuvo vinculada a los ataques de Madrid destinados a desalojar a los populares del poder. Sin embargo, las evidencias demuestran que los autores de aquella masacre eran miembros de un comando islamita sin nexo alguno con los vascos.
Este es el tercer aniversario de los atentados terroristas del 11 de marzo de 2004 en Madrid, que dejaron 192 personas fallecidas y más de 1.700 lesionadas, encuentra a la sociedad española sumergida en un ambiente de crispación política que, inclusive, amenaza los principios fundamentales que dieron origen a la democracia tras la muerte del dictador Francisco Franco.