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La conspiración de la CIA

La conspiración de la CIA

sábado 28 de febrero de 2009, 16:09h

El presidente Morales nació en 1959, de tal modo que no alcanzó a participar de la lucha por la recuperación de la democracia. En ese periodo él trabajó la tierra, fue pastor de llamas, fue ladrillero y panadero, casi terminó la secundaria, hizo el servicio militar y se ganó la vida tocando la trompeta en una banda de música. Cuando se inició la transición a la democracia el 10 de octubre de 1982, el presidente Morales cumplía 23 años y no fue dirigente político hasta ser cocalero —ya en el periodo democrático—, de modo que no vivió en carne propia la guerra fría, por lo que llama profundamente la atención su paranoia con la CIA.

Probablemente, como muchos de los que vivimos la infancia y adolescencia en dictadura, al Presidente le habrán quedado algunas paranoias, pero no da para tanto como para pensar que la CIA es la causa de la corrupción del gobierno como un macabro plan de desestabilización, aunque está probado que fue parte del golpe de Pinochet y promovió la aplicación de la doctrina de seguridad nacional y el Plan Cóndor en nuestros países.

Muchos de los asesores del presidente Morales fueron activistas revolucionarios entonces —elenos, miristas, comunistas, etc.—, y vivieron ese nefasto periodo y algunos sufrieron en carne propia la cárcel, las torturas, el cavar las fosas comunes para los compañeros, el miedo… Treinta años después, la izquierda criogénica llega al poder gracias al MAS, al IPSP y a los vínculos que tenían con las ONG indigenistas izquierdosas que conocieron en sus exilios en Europa.

Los militantes de la izquierda anacrónica que son parte del gobierno lucharon contra el autoritarismo, las detenciones, los encapuchados, el abuso del poder, etc. y hoy los justifican porque vienen del otro lado. ¿Qué pasó? ¿Son pocos los revolucionarios de entonces que tienen claro que el autoritarismo es odioso venga de la izquierda o de la derecha? ¿Sólo se da cuenta la Loyola?

No puedo creer que haya sido una generación de impostores, así que tendré que creer que el poder tiene siempre un efecto perverso e incomprensible sobre los seres humanos —peor aun cuando son personas sencillas—, y por eso los que antes se enfrentaban a las dictaduras hoy justifican las detenciones a golpes y a las 3 de la madrugada, el pisoteo de la Ley, y además justifican y encubren la corrupción de unos mientras sacrifican y abandonan a otros compañeros.

Prefiero esa explicación, ya que las otras posibles son más odiosas:

El suponer que los gobernantes asumen que éste es un pueblo estúpido que se cree el cuento de que la corrupción estructural en YPFB, Aduana, Plan de Vivienda Social, ABC, Migración, etc., es culpa de un infiltrado, es suponer que el gobierno “popular” cree que éste no es un país mediterráneo sino una isla donde no se recibe ninguna información sino la oficial que el gobierno admite en forma de propaganda por lo que es un pueblo que puede ser manipulado. Significa que el gobierno “popular” no piensa, se lo piensan los cubanos.

Si suponemos que toda la denuncia es cierta y que un infiltrado de la CIA —o dos— son capaces de descalabrar al gobierno del cambio, de la refundación, del 53,74%, del 67,1%, del 61,39%, de la nacionalización, de los indígenas… eso significa que son una manga de incompetentes e ignorantes que pueden ser fácilmente manipulados por un policía que apenas estuvo en un cursito de unos meses.

Por eso, para deprimirnos menos, propongo aceptar la idea de que el poder se les subió de tal forma a la azotea, que son capaces de creer sus propios cuentos y que cualquier día vendrá la Bruja del Oeste y les quitará sus zapatitos de rubí.

*Jimena Costa B.
es analista .

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