Obligación de ayudar a refugiados y desplazados

Cuando se cumple un año de la ruptura de relaciones diplomáticas del Ecuador con Colombia después del ataque militar del país vecino a un campamento clandestino de las FARC en territorio ecuatoriano, es necesario recordar que el país mantiene una actitud de extraordinaria solidaridad hacia Colombia, a pesar de que sufre las negativas consecuencias del conflicto interno en el país vecino.

Esa solidaridad se expresa en la atención humanitaria a los refugiados y desplazados del país vecino. "La comunidad más grande de refugiados en América Latina se halla en el Ecuador: alberga a 135 mil colombianos, de los cuales 60 mil habitan en la frontera común", señaló en reciente visita oficial a Quito Craig Johnstone, el jefe adjunto del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). En los últimos años, el Ecuador recibió 56 384 solicitudes de asilo de refugio de colombianos que huyen de su país por el conflicto interno; de ellas, un total de 20 956 fueron aceptadas, de acuerdo con el Acnur.

Desde Bogotá no se valora el apoyo humanitario brindado por el Ecuador. El Gobierno del país vecino no ha ejecutado acción alguna para ayudar por medio del mismo Acnur a los ciudadanos colombianos refugiados en el Ecuador.

El presidente Álvaro Uribe ofreció, semanas atrás, destinar una brigada militar permanente a la vigilancia de la zona fronteriza con el Ecuador. El Gobierno ecuatoriano había reclamado, desde hace años, por la falta de ese cuidado permanente. Con la anunciada presencia de 27 mil militares a lo largo de la frontera es predecible el aumento de desplazamientos, si se llega solo con la fuerza pública y no con servicios para la población.

Es inadmisible que el Gobierno colombiano se desentienda del problema y lo deje solo en manos del Ecuador y el Acnur, pese a ser el primer obligado a atender a los desplazados, y la situación de sus ciudadanos que buscaron y hallaron refugio en el Ecuador.