La zona es absolutamente inaccesible para cualquier vehículo y está a catorce horas de caminata y viaje a lomo de bestia desde el poblado cusqueño de Macusani. El campamento se encuentra a más de cuatro mil doscientos metros sobre el nivel del mar y es ceja de selva.
Según informa La República, la mayoría de los obreros mineros son estudiantes en edad escolar, que durante sus vacaciones se internan a trabajar seducidos por el oro.
Las intensas lluvias provocaron el desprendimiento de la cima del cerro Santa Teresa, en cuya falda se asentaban las cincuenta precarias casas. El mal tiempo continúa y dificulta las labores de rescate, que de momento son realizadas por los mimos pobñadores de la zona. El primer gurpo de ayuda recién llegará esta tarde, debido a lo aislado de la zona.