Mariano Rajoy, eufórico por los resultados en Galicia y País Vasco, tocó a rebato y reunió a su Grupo Parlamentario en el Congreso de los Diputados. Quería trasladar unos cuantos mensajes: unos en clave externa -no a la política económica de
Zapatero- y otros más internos -elecciones europeas y necesidad de cierre de filas-. Y lo hizo, en abierto para los medios de comunicación… y para los diputados que le siguieron, aunque no estaban todos -algunos se preguntaban por apellidos como
Costa, Pizarro, Aragonés, etc.-.
Primer punto, un aviso a jueces y políticos en el poder:
“La Justicia debe ser imparcial y debe transmitir la apariencia de que es imparcial”, y en el caso del juez
Baltasar Garzón “eso no es así”. “Se ha planteado una causa general contra el PP”, se ha hecho en plena campaña electoral, se han conocido “hechos escandalosos” que han motivado la dimisión del ministro de Justicia -
“tema que este partido no va a olvidar de ninguna de las maneras”- y el PP va a exigir más responsabilidades -que tiemblen Garzón
y el comisario general de Policía Judicial, que cazó junto a Garzón y
Bermejo-.
“El PP no ha recibido ni un solo euro de ninguna de las personas que el juez Garzón ha decidido que entren en prisión”, dijo Rajoy en abierto a los medios, y va a defender “
la presunción de inocencia de todos sus militantes”. Pero, además, darán otras batallas relacionadas con asuntos de corrupción: lo que ha ocurrido en Canarias
“no tiene nombre”, cuya jefa
“está actuando por razones partidistas y con toda la saña del mundo contra el PP”. Un aviso:
“De este asunto hablaremos en el Congreso en los próximos días”.
Liderazgo reforzado
Segunda clave interna: resaltar su propio poder -y el de su equipo- después de los comicios gallegos y vascos, que valoró especialmente positivos:
“Yo miro única y exclusivamente para el futuro”, lo cual significa una invitación a que todos colaboren con el proyecto dentro de la unidad y que se han acabado las taifas, los grupitos y los ‘zancadilleros’.
Tercera clave interna: lo que ha ocurrido en Galicia es un
“éxito” conseguido
“en circunstancias muy difíciles”, con un trabajo
“ímprobo” y que marca
“la senda por la que hay que transitar”. Y que el resultado en el País Vasco es
“muy digno”, pese a circunstancias más difíciles todavía por e
l “voto útil”, y que el PP ha conseguido su objetivo:
“Que se produjera un cambio político y ese cambio político se puede producir”. Pero ha recordado que
“no hay victoria sin esfuerzo y sin sacrificio”.
Todos a una para la cita de Estrasburgo
Lo anterior quiere decir que el 1 de marzo ya es cosa pasada y que lo que toca
“es preparar las elecciones europeas” con el objetivo de
“ganar y la clave es la movilización de nuestros electores”. Ha anunciado que el próximo lunes, en la Junta Directiva Nacional, se constituirán los comités de campaña, bajo la base de que
“esta es una campaña nacional” y que
“las cosas para nuestro partido van razonablemente bien, las expectativas son buenas”.
A sus diputados Rajoy les ha leído los resultados de encuestas en Andalucía -donde el PP estaría entre uno y tres puntos del PSOE-; en Cataluña -con una subida de CiU y de PP y bajada del tripartito-, o del CIS, que les sitúa por encima del PSOE a nivel nacional en intención de voto.
Zapatero, el ‘hombre de las tres mentiras’
Las demás claves -ya en función externa- han sido serios avisos para
Rodríguez Zapatero, a quien se le podría denominar, según su relato, como el ‘hombre de las tres mentiras’:
“Mintió sobre la existencia de la crisis, sobre el origen de la crisis y sobre el grado de preparación de nuestro país para afrontarla”. Ahora bien,
“hoy ya todos sabemos donde estamos: atrás quedan las mentiras del señor Rodríguez Zapatero, que quedan atrás, pero que no vamos a olvidar” por su ineficacia en el diagnóstico y en la solución del problema.
Para Rajoy, todos los datos macroeconómicos son negativos:
“Prácticamente no hay dato bueno en la economía española”, pero más preocupante todavía es el déficit público, cuya evolución
“no tiene precedentes”. “El panorama para el año 2009 es desalentador: podemos llegar a una cifra del déficit público astronómica”, alertó, para decir a los suyos que
“lo que hay que hacer es oposición en el Congreso y presentar iniciativas” en los asuntos que preocupan a los ciudadanos.
Reformas pactadas, pero con nuevo Gobierno
En ese punto reveló que la estrategia de grupo pasa por estar muy atentos a lo que suceda en el sistema financiero; ahora bien, que si hay que hacer algo, van a pedir
“transparencia, claridad y diseño claro de lo que se pretende: un objetivo y un procedimiento”. No obstante, la situación requiere para Rajoy un cambio total y absoluto de la política económica del Gobierno y de su equipo económico
“que han sido un fracaso”.
Rajoy no ha ahorrado críticas al Gobierno de Zapatero:
“Se requiere un cambio total en la política económica, otra mentalidad y otra forma de hacer las cosas”, porque el equipo económico actual es el mismo que en 1996 dejó una tasa de paro del 22 %. Así, Solbes
“no puede generar la más mínima confianza” cuando bromea con que se quiere ir, y
“el Gobierno de España en su mayoría es hoy la nada: nadie sabe qué hacen, a qué se dedican, sus proyectos”. Esta situación
“no se aguanta durante mucho más tiempo”.
Así que ya sabe Zapatero lo que le espera con el PP:
“No vamos a ser cómplices de una política económica que es disparatada… no vamos a ser coartada de nadie para que el Gobierno siga haciendo disparates”. Si el Gobierno quiere hablar del problema financiero, puede hacerlo pero con
“transparencia y claridad” y con las recetas de otro equipo ministerial, de austeridad en el Gobierno, de esfuerzo para recuperar la confianza, de otra política presupuestaria y fiscal y de poner en marcha reformas estructurales, aunque no produzcan efectos en 24 horas.