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Enriquecidos

viernes 13 de marzo de 2009, 12:19h

No es lo mismo ser rico que estar enriquecido.

Cuando algo está enriquecido -por ejemplo, el uranio- hay que empezar a dudar de la fiabilidad del producto y preocuparse por el riesgo que conlleva.

La gente rica o lo es de familia como los Alba, o se lo ha currado, como Amancio Ortega o le ha tocado la lotería. Fuera de esas opciones cualquier otro tipo de enriquecimiento resulta sospechoso y casi siempre deviene en indecente.

Esta sesuda tesis es aplicable a todos aquellos que tienen signos externos de riqueza muy por encima de lo que podrían adquirir con sus ingresos conocidos.

El problema es que a no pocos de los supuestamente corruptos les sale la vena hortera y dedican parte de sus ingresos oscuros a adquirir material reservado a los nuevos ricos y es ahí donde la cagan porque es más fácil seguirle la pista a un personaje ostentoso que a una persona discreta.

Si jugásemos a poner nombres para retratar a unos u otros saldría con facilidad el de Juan Antonio Roca o el de Bernard Madoff, pero hay muchos más.

¿Es necesario comprarse un Jaguar de ocho millones de pesetas si eres alcalde un pueblo que te paga de sueldo como mucho diez millones?

¿No es una torpeza ir de enriquecido sin tienes algo que ocultar o si puede resultar sospechoso tu nivel de vida?

Algunos deberían aprender de Baltasar Garzón que se pasa el día viajando, a veces de excedencia, no para de dar conferencias a 100.000 dólares cada una, sigue cobrando su sueldo de juez auque esté poco en su despacho y el único lujo que se permite es ir de cacería de vez en cuando. En eso de los signos externos de riqueza es discreto, en todo lo demás no, pero en eso sí.
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