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Madrid escucha la voz de Canarias

lunes 16 de marzo de 2009, 08:48h
No era ni mucho menos la primera vez, pero fue todo un acontecimiento político y social la comparecencia, este reciente jueves en Madrid, del presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, en el Foro de la Nueva Economía. No le faltó acompañamiento al conferenciante. Allí estaba el presidente nacional del PP, Mariano Rajoy, quien no ahorró énfasis en los elogios a su amigo canario, conocida como es la buena sintonía entre ambos políticos desde los tiempos compartidos en el hemiciclo del Congreso de los Diputados. Rivero le correspondió afirmando la solidez y estabilidad del actual pacto de centroderecha CC-PP en el gobierno de Canarias. También estaba la cúpula patronal, encabezada por el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán. Y no faltó incluso la afectuosa presencia del socialista canario más querido en Madrid, incluso desde antes de sus tiempos de ministro, el excelente intelectual y hombre a veces incómodo a fuer de independiente Jerónimo Saavedra, con quien sólo desde posiciones talibanes es casi imposible no encontrar espacios de sintonía.

El caso es que no cabía un alfiler en los amplios salones reservados para el almuerzo y el coloquio en el hotel Ritz por la organización del acto. Allí estaban, acompañando al presidente de su Comunidad como ejemplarmente acostumbran, no sólo políticos canarios muy queridos en Madrid, como Ana Oramas, sino también varios de los más representativos empresarios canarios, en la grata compañía de los más importantes empresarios de la capital. Otros faltaban sólo por no haber conseguido invitaciones para el acto, evidentemente desbordado de asistencia. Y es que, a pesar de la distancia sólo geográfica, Canarias siempre tiene éxito de audiencia en Madrid, como ya se vio, bastantes años atrás, con la comparecencia en otro distinguido foro capitalino, el Club Siglo XXI, del entonces presidente de Canarias, por cierto del mismo partido, Manuel Hermoso, el extraordinario político tinerfeño que supo hacer la difícil combinación de moderación y firmeza para dar lo que llamó “el grito silencioso de Canarias”.

Al término del acto de Paulino Rivero hicieron significativa tertulia, en el lobby del hotel, Jerónimo Saavedra, José Sánchez, de las empresas JSP, una de las figuras más relevantes del llamado sanedrín empresarial de Las Palmas y nunca ausente de cualquier acto que proporcione imagen y eco a Canarias, el activo empresario, afincado en Tenerife, Enrique Hernandis y otros empresarios y periodistas.
     
Como cabía esperar por el escenario y el momento, Paulino Rivero había centrado su intervención en los problemas derivados de la crisis económica y sin agresividad, como es su cortés costumbre, estuvo sin embargo muy duro con el Gobierno del Estado, al que acusó de haber llegado “tarde y mal” a las políticas contra la crisis, por haber estado más pendiente de sus necesidades electorales. Pese al escenario empresarial del acto, Rivero puso el acento en la situación de los trabajadores y en las urgencias para afrontar esa situación. Llamó la atención, como se vio después en el coloquio, su propuesta de tres grandes reformas: laboral, educativa y de las Administraciones públicas. Reclamó un modelo educativo estable y una Administración pública que tuviera como norte la eficiencia en el servicio a los ciudadanos. En lo laboral reclamó una “cultura del esfuerzo” como marco conceptual para un gran acuerdo social orientado a fomentar el empleo y garantizar el mantenimiento de las prestaciones sociales.

El presidente Paulino Rivero goza de excelente imagen en Madrid desde sus tiempos de diputado y en especial por el rigor, equilibrio y buen sentido con que supo presidir y llevar una de las Comisiones parlamentarias más difíciles de los últimos años, nada menos que la del 11-M. Eso sí, moderado en las formas, no elude dureza en el fondo cuando quiere decir las cosas con claridad, como la queja de que, en ocasiones, las reivindicaciones del archipiélago parecen ser mejor atendidas y entendidas por la Comisión Europea que por el actual Gobierno del Estado.

Una circunstancia que puede alcanzar ámbito estatal planeaba sobre este encuentro madrileño de un prestigioso y modero dirigente nacionalista con el establishment político y empresarial madrileño, y es la situación en el País Vasco, donde el PSE parece decidido a tomar los votos, sorprendentemente gratuitos, del PP vasco para expulsar al PNV de Ajuria Enea, lo que tiene enfervorizados a los radicales abertzales, que se verían inesperadamente gratificados con el monopolio del nacionalismo vasco, en detrimento de los sectores moderados cercanos a la burguesía industrial y profesional del territorio.

Como se dice que no hay mal que por bien no venga, no son pocos los que creen que esta grave deslealtad institucional del socialismo vasco tendrá la virtud de romper definitivamente los puentes entre los nacionalismos moderados y el inactivo gobierno de Rodríguez Zapatero. En manos de los nacionalistas moderados, entre los que asimismo parecería lógico que se encuadrase el nacionalismo canario de CC, está el poner término, cuando todavía se pueden salvar los muebles, a un Gobierno que claramente ha tirado la toalla frente a la crisis económica y financiera, y forzar las elecciones generales anticipadas que el sentido común político reclama. Sería bueno incluso para el PSOE que podría encontrar en su interior, frente al desgobierno presente, liderazgos creíbles, decentes y de nivel, como los que ya tuvo en el pasado.
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