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Los países de Oceanía y Asia dieron un respiro al planeta durante la Hora de la Tierra, cuando las mayores ciudades y sitios emblemáticos apagaron las luces a partir de las 20:30 horas locales para exigir acciones a favor de la ecología.
La iniciativa, organizada por el Fondo Mundial de la Vida Salvaje (WWF por sus siglas en inglés), se realizó por primera vez en Sydney hace dos años, por defensores de la ecología para protestar contra el cambio climático y evitar el excesivo uso de energía.
La isla neozelandesa Chatham fue el primer sitio de este año en quedar a oscuras a las 20:30 horas locales (06:45 GMT), informó la prensa europea.
En Wellington, el edificio Beehive, del Parlamento de Nueva Zelanda, apagó sus luces, al igual que la torre de comunicaciones de Auckland, y otros edificios de 44 ciudades del país.
En Australia, las bocinas de los transboradadores del transporte público de Sidney anunciaron el inicio del apagón, en la Casa de la Opera y los edificios aledaños, en tanto los restaurantes recurrieron a la iluminación de velas.
La isla Fiji y otras vecinas se unieron a la Hora del Planeta, a pesar de que sus emisiones de gases es ínfima, debido a que las consecuencias del cambio climático pueden provocar la desaparición del archipiélago, por el aumento del nivel de los mares.
Por primera vez, China se sumó a este evento, y el Estadio Olímpico de Pekín, la Torre de la Perla de Oriente de Shanghai, cientos de hoteles y complejos de oficinas quedaron sin luz.
Otros países asiáticos se sumaron a la iniciativa, como Filipinas, donde el monumento Rizal y la Catedral de Manila quedaron a oscuras, en Malasia, la torre Menara Kuala Lumpur; y en Singapur hubo cenas a la luz de las velas en el parque Esplanade.
En tanto, el gobierno de Japón no ha promovido la Hora del Planeta y sólo asociaciones y empresas participaron a título individual.
Los promotores señalaron que el objetivo de este movimiento es crear una ola de presión pública para influir en la reunión que se llevará a cabo este 2009 en Copenhague, donde se firmará un nuevo tratado del clima, de acuerdo con la cadena británica BBC.
Los críticos, en contraste, aseveraron que este acontecimiento es sólo un gesto simbólico
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