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¿Seré yo el alcalde de Valdepiélagos?

miércoles 21 de marzo de 2007, 11:21h
El sábado 31 de marzo los más de 300 vecinos del censo electoral están llamados a las urnas para elegir a su alcalde. No se han confundido de día. Este pueblo limítrofe con Guadalajara, es el único de la Comunidad de Madrid en el que el 27 de mayo sólo se presentará la lista de candidatos independientes previamente  elegidos en unas primarias.

Estos días todos los vecinos que componen el censo electoral están recibiendo en sus casas la única papeleta de las elecciones. Un papel con una lista del uno al siete con espacios vacíos, a rellenar por el votante con los nombres y apellidos de las personas que considera más adecuadas para representar al pueblo.

El que reciba más votos de sus vecinos será el alcalde; el segundo, el teniente de alcalde y los cinco siguientes, los concejales. "Es evidente que los habitantes de Valdepiélagos votan a las personas y no a las ideas políticas", dice el actual alcalde del municipio, Antonio Puente García. "El PP y el PSOE nos respetan y no presentan listas electorales en Valdepiélagos, porque siempre hemos funcionado con primarias", explica.

El 27 de mayo los vecinos tendrán que volver a las urnas a ratificar la lista salida de las elecciones primarias. Además votarán en las autonómicas. El índice de participación en ambas jornadas electorales suele llegar al 80 por ciento. "Podría producirse la situación en que otras formaciones presentaran una lista alternativa, que rompiera el sistema, pero hasta ahora no se ha producido", explica el edil.

Antonio Puente es un hombre tranquilo, que ha asumido con paciencia el deseo de sus vecinos. "No me esperaba salir elegido en las últimas primarias, porque en el anterior mandato también fui alcalde, pero abandoné el cargo a los dos años porque por mi trabajo no podía dedicarle tiempo suficiente".

Puente es ingeniero y trabaja en una importante empresa eléctrica, así que cada día debe acudir a Madrid capital, que dista unos 50 kilómetros de Valdepiélagos. El alcalde atiende a los vecinos a partir de las siete de la tarde y los plenos municipales son los jueves a las diez de la noche. "El pueblo elige al alcalde y al resto de la Corporación, por lo que los plenos son complicados. Hay que conciliar todas las posturas, no hay partidos y, por tanto, tampoco disciplina de voto", explica Puente.

"El día de las primarias es muy divertido, se genera mucha expectación porque cualquiera puede obtener un cargo en la corporación municipal", asegura María José, que trabaja en el Ayuntamiento de Valdepiélagos y que está organizando las primarias. "Aquí no hay campaña, ni carteles, ni promesas electorales y la jornada de reflexión dura cuatro años", bromea. Dice que todo el sistema es muy democrático, pero incluso se ruboriza con sólo pensar en salir elegida alcaldesa.

Raúl, el mecánico del pueblo lo tiene claro. "Yo seguro que no salgo elegido, pero cómo; si trabajo hasta los sábados y los domingos...", reflexiona. Dice este valdepielagueño que hay que votar a alguien con estudios, que sepa hablar para reivindicar los problemas del pueblo y que tenga tiempo para ser alcalde. Parece que los vecinos de Valdepiélagos son muy coherentes con su voto.

Según el actual edil, que salió elegido con 100 votos a su favor en los pasados comicios, al final todos los votos se concentran en unas 15 personas. Sin embargo, el sistema también tiene sus fisuras. "No existen grandes corrientes para concentrar el voto en una u otra persona, pero sí es cierto que las familias más extensas del pueblo siempre consiguen representación", asegura Puente.

Los problemas de ser pequeño
Los problemas de Valdepiélagos con los que se enfrentará el nuevo equipo de gobierno municipal, son los mismos que en otros muchos pequeños pueblos de Madrid. "La principal preocupación en la de no tener médico más que dos veces por semana", explica el alcalde. "Somos demasiado pequeños para que la Comunidad decida poner un médico y un enfermero en Valdepiélagos, pero eso nos obliga a irnos a otros municipios cercanos, más grandes".

Además, Valdepiélagos adolece de mejores comunicaciones por transporte público y tiene problemas de crecimiento urbano porque el cien por cien de su territorio se encuentra en una ZEPA, zona de protección de aves. "No podemos crecer, pero si no crecemos no nos proporcionan servicios básicos. Es la pescadilla que se muerde la cola", concluye Puente.

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