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Superada, y con nota, la barrera de los primeros cien días en el gobierno, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, asegura seguir comprometido con sus promesas de campaña y decidido a profundizar en nuevos retos y "cambios", su palabra mágica desde los tiempos de campaña, como la reforma del sistema de salud y la educación o hallar una solución a la inmigración ilegal.
Todo ello sin haber superado aún ni de lejos temas acuciantes como, más allá de dos guerras heredadas, la crisis económica que, pese a dar los primeros signos positivos, continúa siendo una profunda fuente de preocupación.
Y en medio encima de la inminente batalla de lo que ya es más que una mera promesa de una inesperada nueva crisis: la de salud que supone la amenaza de pandemia de gripe porcina y que ya se ha cobrado la primera víctima mortal en territorio norteamericano.
"Creo que el presidente típico tiene por delante dos o tres problemas. Nosotros tenemos siete u ocho", admitía la noche del miércoles en su rueda de prensa en horario estelar norteamericano para marcar sus primeros cien días de gobierno.
"Me siento sorprendido (...) por la cantidad de asuntos críticos que parecen venir todos al mismo tiempo", reconoció.
Pero para ello, cuenta al menos con una poderosa arma: el amplio respaldo de la población que las interminables encuestas publicadas durante los pasados días demuestran que el mandatario no sólo ha batido récords de popularidad en décadas, sino que sus conciudadanos empiezan a tener "esperanzas" acerca del futuro del país y "confianza" en que Obama es el hombre adecuado para cumplirlas.
Y eso sólo hablando en Estados Unidos, ya que el primer presidente negro en la historia del país también ha logrado encandilar en sus primeros cien días de mandato a una amplia porción del resto del planeta que, si bien no le da carta blanca total, sí está dispuesta a concederle a Obama un voto de una confianza tan erosionada en la era anterior de George W. Bush.
"Hemos comenzado a recoger nuestros pedazos y a quitarnos el polvo y hemos empezado el trabajo de rehacer América", dijo Obama en su discurso central del miércoles, para el que eligió un lugar alejado del "burocrático" Washington como un modo de demostrar su cercanía con el pueblo: una asamblea ciudadana celebrada en un instituto en Saint Louis, Missouri.
"Los cambios que hemos hecho son los cambios que prometimos", aseguró ante una audiencia que llenó de aplausos la sala en diversas ocasiones.
Pero a la par reconoció que aún no son suficientes.
"Estoy contento con los avances logrados, pero no satisfecho. Tengo confianza respecto al futuro, pero no estoy contento con el presente", subrayó a lo largo del día en referencia a la grave crisis económica que ha tenido que afrontar desde el primer día de su mandato, el 20 de enero y que, recordó, sigue provocando que miles de personas pierdan "sus casas y empleos".
Una crisis además que promete continuar ensombreciendo su mandato en los próximos meses cuanto menos, como demostraban los datos económicos publicados en el mismo día del "cumpleaños" presidencial: en el primer trimestre del año -y de gobierno de Obama- la economía de Estados Unidos se contrajo un 6,1 por ciento anual. Las peores cifras desde 1958, recordaban los analistas.
Por eso, el mandatario llamó a no dormirse en los laureles y reiteró la necesidad de reconstruir un nuevo sistema financiero "desde los cimientos" que permitan "reforzar" la economía y "ser competitivos en el siglo XXI".
Además, volvió a poner sobre el tapete su ambiciosa agenda.
"No podremos descansar hasta que tengamos escuelas que preparen a nuestros hijos para los desafíos del siglo XXI (...), hasta que aprove energía renovable que puede crear millones de nuevos empleos en nuevas industrias (...) hasta que tengamos un sistema de salud del siglo XXI que tenga sentido", resumió.
También recordó que el país sigue afrontando "amenazas" múltiples, desde el terrorismo y la proliferación nuclear hasta el peligro de pandemia que se vive con el brote de gripe porcina.
"Hemos tenido un buen comienzo, pero sólo es un comienzo", subrayó el mandatario.
"Tenemos un camino mucho más largo por delante", alertó respecto a todos los retos que le restan a partir de este día 101 de su administración, a la par que pidió "paciencia" para soportar el largo trayecto hacia una recuperación.