Golpeada por crisis, Latinoamérica conmemora 1 de Mayo

Las marchas del 1 de Mayo criticaron el viernes la crisis que se ensaña contra los trabajadores, después de que miles de empleos se han perdido en Latinoamérica y el Caribe, con cifras que bordean los dos dígitos y sin soluciones a la vista.

En Chile la marcha del 1 de Mayo, que reunió a unas 10.000 personas, concluyó con una fuerte represión policial con gases lacrimógenos y chorros de agua y algunas decenas de detenidos. Cuando los trabajadores se dispersaban, pequeños grupos de encapuchados atacaron a la policía, que los reprimió con gases y carros lanza agua.

La presidenta Michelle Bachelet, en un desayuno con empleadas domésticas, señaló que se viven "días de prueba, pero el país tiene fortalezas que no tenía en otros momentos de crisis... estoy convencida que Chile se va a recuperar antes que muchas naciones".

En Caracas también hubo enfrentamientos entre policías y manifestantes opositores, a los que reprimieron con gases lacrimógenos y con carros lanza agua. Los opositores se dispersaron y desde los edificios circundantes, la gente arrojó botellas de vidrio a la policía y algunos golpeaban cacerolas en señal de protesta por la represión.

También marcharon sindicalistas partidarios del gobierno del presidente Hugo Chávez.

En Managua, las manifestaciones con motivo de esta fecha fueron suspendidas por el presidente Daniel Ortega, en prevención de la gripe porcina. El oficialismo y los opositores anunciaron que no realizarán mítines que conglomeran grupos de personas.

En Puerto Rico, donde el gobierno anunció más de 30.000 despidos a partir de julio para controlar el déficit presupuestario, miles de trabajadores estatales inundaron las calles para rechazar la decisión. "Los trabajadores están diciendo que hay otras maneras de resolver la crisis fiscal... la gente (está) pidiendo en la calle que los dejen trabajar", expresó el líder obrero Jesús Díaz Allende

En Brasil, millares de trabajadores se congregaron en fiestas en las principales ciudades, animados por grupos musicales mientras dirigentes sindicales reclamaban una mayor reducción en las tasas de interés para estimular la economía frente a la crisis global. "Es necesario tener una baja en las tasas de interés para que podamos volver a crecer, sin eso no hay salida", declaró el diputado Paulo da Silva, presidente de Fuerza Sindical.

En Quito, el vicepresidente del Frente Unitario de Trabajadores, Edwin Bedoya, señaló que "es una derecho de los trabajadores un mejor nivel de vida, eso queremos ahora, no solo reivindicaciones laborales". Elogió algunos cambios realizados por el gobierno, "pero criticamos otros, como el despido de los compañeros de Petroecuador (la empresa petrolera estatal de donde se anuncia el despido de 600 personas)".

En La Habana, miles de cubanos desfilaron con llamados a la eficiencia económica, consignas de apoyo a la revolución y su derecho a existir al margen de los dictámenes de Estados Unidos. Encabezada por el presidente Raúl Castro, la manifestación se concentró en la Plaza de la Revolución donde un cartel gigante rezaba: "unidad fuerza y victoria".

En Honduras, miles de trabajadores marcharon por once ciudades y los sindicatos desfilaron juntos por cuarto año consecutivo. Los manifestantes portaron pancartas con leyendas contra el tratado de libre comercio entre Centroamérica, Estados Unidos y República Dominicana.

En Uruguay, se realizaron tres actos con pronunciamientos para que la crisis internacional "no la paguen" los asalariados. En la céntrica plaza Libertad, apenas un centenar de militantes de la radicalizada "Asamblea Popular", se pronunció contra "la conciliación y la lucha de clases".

En Guatemala, miles de trabajadores marcharon hasta la plaza central en donde exigieron al gobierno sancionar a las empresas que no cumplen con el salario mínimo, el cese al aumento de precios y estabilidad en los empleos. Otras cuatro manifestaciones se reportaron en el país.

En Colombia, hubo marchas en diferentes ciudades, en su mayoría pacíficas aunque en Bogotá, Cali y Bucaramanga la policía dispersó a manifestantes. Hubo una decena de detenidos y unos 20 lesionados, incluso cuatro policías.