Madrid se coloca a la cabeza de la agricultura ecológica

La consejera de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Ana Isabel Mariño, visitó este miércoles la finca “La Chimenea”, en Aranjuez, gestionada por el Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agraria y Alimentario (IMIDRA). En sus 240 hectáreas de extensión, se llevan a cabo importantes proyectos para la modernización de cultivos, sistemas de riego, viticultura y enología así como restauración y modernización de suelos.

En cuanto a la inversión pública, el Ejecutivo destinó este año 2,17 millones de euros para la financiación de proyectos y estudios de investigación agrícola, 70 de ellos puestos en marcha a través del Instituto IMIDRA relacionados no sólo con la producción ecológica sino también con el cultivo del olivar, los sistemas de siembra o el control de la erosión hídrica.

Por superficie de cultivo ecológico, en la Comunidad destacan los prados y pastos (1.680 hectáreas), seguidos del olivar (1.265 hectáreas) y otros cultivo  como cereales, leguminosas, hortícolas, viñedos y las superficies de aprovechamiento apícola, principalmente.

I+D+I en agricultura ecológica
En el ámbito de la agricultura ecológica, la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio está realizando ensayos agropecuarios para mejorar la calidad y rentabilidad de las producciones en los distintos centros del IMIDRA: Cultivos herbáceos (trigo, cebada, alfalfa y guisante) en las fincas de Alcalá de Henares, Arganda del Rey y Aranjuez; olivicultura, en la  finca “La Chimenea”, de Aranjuez; viticultura, en Colmenar Viejo; y ganadería ecológica, en Buitrago de Lozoya.

De hecho, de las aproximadamente 24.000 hectáreas de olivar que existen en la región, algo más de 418 están inscritas como olivar ecológico según el Comité de Agricultura Ecológica. En el centro de olivicultura “La Chimenea”, en Aranjuez, el cultivo ecológico ocupa una parcela demostrativa de 5,5 hectáreas en la que Mariño pudo comprobar los trabajos de muestreos de suelo a distintas profundidades, la cantidad de materia orgánica y nitrógeno existente y evaluar así el tipo de cubierta vegetal más adecuada para este tipo de plantación.