Las negociaciones deberían concluir con la sustitución del tratado START (Strategic Arms Reduction Treaty, Tratado de Reducción de Armas Estratégicas), que expira a finales de año, y suponen la reanudación formal del proceso de desarme iniciado en 1969, en plena guerra fría.
En Moscú, el equipo estadounidense estará liderado por Rose Gottemoeller y el ruso por Anatoli Antonov.
Las divergencias entre ambos países sobre el tamaño, la naturaleza y el uso de su arsenal nuclear son numerosas, pero ambos países confían en superarlas.
"Hay buenas posibilidades de acerca posiciones y alcanzar acuerdos", dijo hace unos días el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, a su regreso de Estados Unidos, donde se entrevistó con su homóloga Hillary Clinton, informó AFP.
El primer viaje a Moscú, a principios de julio, del presidente estadounidense, Barack Obama, será "una ocasión para Estados Unidos y Rusia de reiterar su compromiso de reducir las armas nucleares y favorecer la cooperación en materia de no proliferación", señaló la Casa Blanca el sábado.
Las discusiones para sustituir al START-1 progresaron poco durante la presidencia de George W. Bush (2001-2009), lo que hizo temer que simplemente se abandonase este tratado que expira el 5 de diciembre y que limita el arsenal de los respectivos países a 1.600 misiles y 6.000 cabezas nucleares.
La reanudación de las negociaciones contribuirá a despejar las percepciones de que Washington actuaba por su lado y facilitará la cooperación con Rusia en otros temas.