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La densidad y la libertad de las empresas de Madrid favorecen la innovación

La densidad y la libertad de las empresas de Madrid favorecen la innovación

lunes 18 de mayo de 2009, 14:27h
El crecimiento sostenible es la base de la productividad que, a su vez, depende del valor añadido que la empresa es capaz de producir, ha afirmado Diego Puga, de IMDEA, en una conferencia de sumo interés, aunque es un tema ya conocido, dentro del marco de “Madrid Ciudad del Conocimiento”, dirigido por Pedro Schwartz y presidido por Aurelio García de Sola, Gerente de Imade.

Dentro de ella, se afirmó que la ubicación de las empresas (la Geografía del Conocimiento) es un factor importante. Duplicando la densidad de las empresas (tamaño) aumenta la productividad media de un 3 a un 8%. La dispersión es contraria a la mejora de la productividad. Hay estudios en USA y en Francia que lo demuestran.

En entornos densos, los salarios son más elevados, pero los costes de las viviendas para los trabajadores son mayores, lo que compensa el vivir en ciudades más pequeñas.

La Innovación es mayor en las zonas de mayor densidad, porque la diversificación facilita la especialización y la especialización reduce costes.

Es importante tener Áreas Metropolitanas, como Madrid, pero también hay que tener Áreas más pequeñas, que permiten la compensación de los factores, precio de vivienda, salarios medios más bajos y coste de la vida menor.

En las ciudades de entre 5 y 19 millones de habitantes la especialización funcional (relación entre el  número de cuellos blancos, con trabajadores manuales, es de más de 39%, en las ciudades pequeñas que tienen, en cambio, más trabajadores manuales, entre 67 y 75.000 habitantes en USA, es de menos de 49’5%.

Como ejemplo, las Patentes, los Inventores, se conocen mejor cuando viven cerca que  cuando viven lejos. La transmisión de ideas es más rápida en las grandes urbes. Facilita encontrar trabajadores especializados. Hay flujos de cambio de trabajadores especializados, ello supone ventajas para la innovación, el mercado de trabajo y los suministros (compartiéndolos).

Aumenta por ello la producción y disminuyen los costes.

Las Empresas se vuelven así más productivas, como ha ocurrido en Madrid, cuya macrocefalia, con 6 Parques Tecnológicos y 11 Clusters, en los que se incluye la Ciudad del Conocimiento en Colmenar, nos va a llevar a un todavía mayor incremento de población, a pesar de la crisis, que hemos cifrado en aproximadamente 15 millones de habitantes para 2025.

El sector de Manufacturas del Metal, por ejemplo, es uno de los que tienen tendencia a concentrarse, en especial, entre otras razones, por avances tecnológicos, como el cortado del metal, que precisa de nuevas tecnologías por ordenador, que comporta empresas tan diversas como la Aeronáutica o la fabricación de ventanas de aluminio. Como no son competidores, no dudan en compartir tecnología.

Por el contrario, esta productividad no afecta a un negocio como el de las peluquerías o de las funerarias, a quienes no afecta la densidad de población, valga la broma.

Dentro de las empresas, se benefician más de la densidad de población las más productivas, que, a su vez, producen más innovación.

El crecimiento preocupa, sobre todo, a sus habitantes, por los costes, de transporte, basuras, agua y también tiene importancia lo dynamica que es la ciudad, o lo dispersa, y Diego Puga  ha realizado un importante estudio en USA, comparando fotos de Satélite, de 1976 a 2006. Los temas tan cambiantes como la dispersión de las ciudades están relacionados con los acuíferos,  por la posibilidad de hacer pozos, con menor coste de la construcción.

La regulación de los Ayuntamientos, tiene también importancia, pues cuando estos se financian con impuestos locales, son más dynamicos, y los que se apoyan en otros impuestos (subvenciones estatales) son más dispersos.

Incluso se ha relacionado con la obesidad, pero no hay relación directa pues cada persona elige su barrio, y el obeso que tiende a desplazarse más en coche elige barrios más dispersos (chalets).

También influye lo agreste del terreno, aunque curiosamente, en África, las áreas más agrestes son las más ricas porque no fueron sus habitantes capturados como esclavos, y además son sociedades más cohesionadas y más estables.  Estas triplican en renta per cápita a las que fueron esclavizados.

De todo lo anterior, y para la complicada España, con la existencia de 17 Taifas Virreinales, cada una con un Parlamento capaz de desarrollar una ingente labor jurídica, creyendo sus políticos que para resolver los problemas basta con cambiar leyes. Estos han conseguido lo contrario de lo que pretendían: hacer de Madrid la gran capital, a la que acuden las empresas en busca de Densidad e Innovación, pero también de la Libertad de emprender, de la que no gozan en sus Autonomías de origen. Sólo así se logra comprender que la España centrífuga se haya vuelto centrípeta.


*Bernardo Rabassa es sociólogo, presidente del Club Liberal Español y Premio 1812 (2008)
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