Llegó el día. El sueño del que nunca quiso despertar
Guardiola se ha cumplido. Es su segunda final, esta vez como entrenador, como director de una orquesta única que ha hecho vibrar a una afición, a un país, a un continente… al mundo.
Los pases de
Xavi, la magia de
Iniesta, la lucha de
Eto’o, el regate de
Messi, el saber estar de
Puyol, la constancia de
Alves, la agilidad de
Valdés, la seguridad de
Piqué, la lucha de
Touré, el sacrificio de
Keita, la experiencia de
Henry… nadie olvidará esa temporada en la que el Barça volvió a disfrazarse de ‘Dream Team’.

Y qué mejor que enfrentarse al todopoderoso ‘Ferguson Team’ para que la leyenda alcance tintes históricos. Pep y su equipo de fantasía tienen una misión clara: seguir siendo el Barça. Seguir siendo ese equipo que a todos ha enamorado en Liga y Champions. Seguir siendo fiel al estilo Guardiola o el estilo antes conocido como estilo
Cruyff: ‘Posesión + Ataque = victoria’.
Eso sí, en frente no habrá un equipo ‘cojo’. El Barcelona tendrá que ser paciente y constante para poder superar a la efectiva defensa del equipo inglés, teniendo siempre especial cuidado con el peligroso contraataque de los de Ferguson que estará monopolizado por el irreverente CR7, apoyado por la ‘fórmula
-Rooney’ (el ‘8’ del Manchester se perfila como lateral derecho para ser el ‘tapón’ personal de
Henry).
Llegó el día. El día en el que se destapará el frasco de las esencias de este deporte llamado generalmente fútbol y al que en contadas ocasiones (cada vez más) se le llama Barça. Llego el día de la verdad. Nadie puede predecir quién ganará (por el bien de mi corazón, espero que sea el Barcelona) pero sí quién no perderá: el fútbol.