A pesar de la petición de los periodistas, Aguirre y Corredor decidieron no darse la mano. Tras cortar la cinta, dar apertura a la feria y compartir un breve recorrido por algunos de los stands rodeadas de visitantes, profesionales y medios de comunicación, Corredor no tardó en recalcar que "las viejas recetas conservadoras (en materia de vivienda) no han funcionado", como la deducción por compra de vivienda, que ha supuesto un alza de los precios de los pisos.
Así, defendió que el Gobierno ha sido "valiente" y "se ha atrevido a algo que no se había atrevido nadie" eliminando este incentivo fiscal para las rentas superiores a 24.000 euros con la certeza de que a medio plazo beneficiará a las clases medias.
Por su parte, Aguirre mostró su "profundo respeto" hacia esta "idea" de la ministra de Vivienda, e incluso afirmó que "puede que tenga razón". Si bien, insistió en que la deducción por vivienda, que la Comunidad de Madrid prevé incrementar al 20%, es necesaria en estos tiempos de crisis para conseguir drenar el 'stock' de viviendas.
Si Corredor apostó por favorecer a las clases medias, Aguirre afirmó que el papel de las administraciones públicas "no es hacer inversiones, sino ayudar al sector de la construcción en los momentos de crisis", y consideró necesario "remover los obstáculos" con los que se están encontrando los "generadores de bienestar, riqueza y empleo, los empresarios".
Por su parte, Aguirre puso el acento en el nuevo modelo productivo al que pretende llegar el Gobierno a través de medidas como la equiparación de los incentivos fiscales para compra y alquiler, y con ironía dijo: "Eso del nuevo modelo productivo es interesante, pero no sé cuál será".
Así, indicó que hasta ahora sólo existía "el modelo soviético y otro liberal occidental", y mostró sus dudas sobre cuál será este nuevo modelo "sostenible" que propugna el Ejecutivo. "Veremos cuanto se sostiene", apostilló.