Tres investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales han realizado los estudios
Identifican las causas evolutivas del canibalismo intrauterino en la salamandra
miércoles 28 de marzo de 2007, 17:29h
Un equipo de tres investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales, perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas, en colaboración con un investigador de la Universidad de California, ha identificado las pistas del desarrollo que diferencian la ontogénesis de embriones vivíparos y ovovivíparos de la salamandra común.
El trabajo se publica en el último número de la revista Evolution & Development, y junto a estudios filogenéticos y filogeográficos anteriores, constituye un paso esencial para entender el origen de la aparición del viviparismo y del canibalismo intrauterino.
Según los investigadores, la forma en que los cambios microevolutivos conducen a acontecimientos macroevolutivos originales es una de las grandes incógnitas de la Biología Evolutiva. El investigador formado en el Museo Nacional de Ciencias Naturales David Buckley, primer autor de la publicación explica que “el caso de la salamandra común representa un sistema biológico único donde la aparición de novedades evolutivas se puede estudiar dentro de la misma especie, es decir, a escala microevolutiva”.
“Normalmente los cambios macroevolutivos sólo se estudian en linajes completamente diferenciados, pero en esta investigación la variación de los modos reproductivos asociada a las secuencias de desarrollo se puede estudiar dentro de la misma especie”, afirman Mario García-París y Marina Alcobendas, directores del trabajo de Buckley. “El viviparismo se conforma, por tanto, como un sistema único para el examen del origen de innovaciones macroevolutivas, por lo que estas zonas reproductivas híbridas constituyen laboratorios insólitos naturales para estudiar la dinámica de la evolución de la novedad evolutiva”, concluye García-París.
Para David Buckley, existe un interés doble en la salamandra común. “En S. salamandra se dan dos modos distintos de reproducción: el ovovivíparo (las hembras paren muchas larvas acuáticas) y el vivíparo (hembras que producen sólo unas pocas crías terrestres)”. Esta especie permite el análisis empírico de cambios evolutivos por la modificación de programas del desarrollo (del ovoviviparismo al viviparismo). Por ello, “esta salamandra representa un modelo biológico único”, afirma Buckley.
Los investigadores han comparado el desarrollo in vitro de los embriones ovovivíparos y vivíparos de salamandras y han detallado los acontecimientos-clave que distinguen los dos modos de reproducción. Para el estudio, se han diferenciado las etapas del desarrollo de los embriones ovovivíparos y vivíparos sobre un eje temporal (desde la incubación y el principio de alimentación activa hasta la metamorfosis). El desarrollo de los embriones vivíparos se combina con la presencia de huevos abortivos y sin fertilizar que, junto a la aceleración de las secuencias del desarrollo, provoca el desplazamiento de la incubación y de las estructuras relacionadas con la alimentación, es decir, la heterocronía. Por consiguiente, en embriones vivíparos la fase del desarrollo se acorta drásticamente en comparación con los individuos ovovivíparos.
Las causas del canibalismo intrauterino
El canibalismo intrauterino se da en los embriones vivíparos, pero nunca ocurre en embriones ovovivíparos. Según los análisis de los investigadores, la incubación precoz y la apertura de la boca, junto con la temprana diferenciación de la vía digestiva, permiten la alimentación de los embriones vivíparos dentro del útero materno con huevos abortivos o con algunos de sus hermanos. Aunque ni la boca ni la dentadura se desarrollen completamente, los embriones son capaces de ingerir los huevos grandes. La yema ingerida llena la parte anterior de la vía digestiva, formada precozmente en embriones vivíparos.