Se estima que la riqueza minera de nuestro país en cobre, oro y plata, es superior a la riqueza petrolera y que en base a ella se impulsaría un crecimiento al menos del 6% del Producto Interno Bruto.
Sin embargo en Ecuador cada vez queda más claro que esa nueva riqueza por extraerse no se compara con la riqueza natural que existe y que sí se pretende desarrollar la exploración y extracción minera, esta debe garantizar la preservación del suelo, del agua y las especies vegetales y animales.
La tecnología de punta de varias empresas internacionales permite conjugar el aprovechamiento de la riqueza minera con el cuidado y la garantía de preservación de la naturaleza, por lo que una explotación adecuada demanda de una sociedad público- privada que permita unir las necesidades de experiencia, inversión, tecnología y una justa rentabilidad para los ecuatorianos.
Países como Canadá, Chile, España o República Dominicana están aplicando ya este sistema de explotación con garantía hacia la preservación de la naturaleza y en Ecuador proyectos en Morona Santiago y Zamora Chinchipe como Panantza o Mirador seguirían está lógica de asociación del Estado con empresas Privadas de punta.
Tan solo los dos proyectos mencionados tendrán una inversión inicial superior a los dos mil millones de dólares, crearán fuentes de empleo a más de 7.000 familias y generarán ingentes recursos para el estado y los ecuatorianos bajo un régimen de garantía real sobre la naturaleza.
La seriedad de un proceso transparente de asociación público – privada con empresa serias, solventes y de tecnología de punta, puede llevar a Ecuador en el corto plazo a un nivel sorprendente de crecimiento y eliminación de la pobreza; y todos los esfuerzos deberían estar encaminados hacia aquello, no solo en el campo minero sino en el petrolero, comunicaciones, energía eléctrica y obras de infraestructura.
Centro de Estudios y Análisis