Desde hace semanas Obama se ha convertido en todo un “superhéroe” capaz de solucionar de un plumazo la grave crisis que vive su país y acabar con todos los problemas del mundo, desde Irak hasta Afganistán, todo ello gracias a un conocido portal de humor estadounidense.
Pero más allá de los logros de este héroe de ficción, no queda tan claro su papel cuando se trata de crisis internacionales de verdad como el golpe de Honduras o el presunto pucherazo en Irán.
Lo que no sabían los ilustradores de JibJab.com cuando crearon a su ‘héroe’ es que desde hace sólo unas horas el inquilino de la Casa Blanca también ha extendido sus poderes mágicos sobre el Capitolio, después de que un juez de Minnesota dictaminara que el escaño que quedaba pendiente de adjudicar en el Senado correspondía a manos demócratas.
Sí, Obama y su partido han logrado alcanzar los 60 escaños que otorgan la ansiada mayoría absoluta en el Senado, una mayoría que impide a los republicanos bloquear a su antojo proyectos legislativos a través de lo que en la jerga parlamentaria de este país se conoce como ‘filibusterismo’.
Lo más ‘gracioso’ del caso es que todo ha sido posible gracias a un veterano humorista, Al Franken, quien hace un par de años decidió abandonar los escenarios y desaparecer de las pantallas de televisión para estrenar una nueva carrera política en Washington.
Lo que olvidan muchos es que en Estados Unidos eso de la disciplina de partido no es algo que esté tan a la orden del día como en España y otros lugares del mundo. Aquí no necesariamente se vota lo que viene dictado desde la Casa Blanca aunque, efectivamente, los demócratas tienen ya los 60 asientos en el Senado.
Para ello ha hecho falta que un republicano se cambiara de bando hace unos meses y que un juez acabara de contar los votos en Minnesota siete meses después de las elecciones. Que lo tiene más fácil, no hay duda, pero a la hora de la verdad no está tan claro que superObama vaya a controlar por completo el Congreso.