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El doctor House y el enfermo español

El doctor House y el enfermo español

jueves 02 de julio de 2009, 22:25h

En ocasiones, un enfermo terminal puede ofrecer síntomas de mejoría momentáneamente. Una esperanza a la que sus seres queridos se desean agarrar. El Gobierno también se quiere aferrar a los datos de paro como una curación de la moribunda economía española. Pero los ministros, en el fondo, saben que es un espejismo. Propagandístico, por supuesto.

Cuando los datos de desempleo que llegan este jueves del motor económico mundial, EEUU, son peores de lo esperado y los peores desde 1983, significa que todavía estamos en una pandemia imposible de aislar.

Pero, además, los doctores de Trabajo, aquellos que deberían ver la realidad del enfermo, no cuentan que el descenso del paro en 55.250 personas en junio se trata en realidad de un delirio. Si la economía española se está contrayendo a un ritmo del 3% o posiblemente más en los próximos trimestres, es imposible que cree empleos. Diagnóstico duro, pero al que hay que hacer frente. La economía española ha demostrado que es capaz de crear empleo sólo si la tasa de crecimiento del PIB es mayor del 3%, así que no nos regalen esperanzas.

El Plan E es un parche que ha conseguido que en junio el paro en la construcción se redujese en 16.367 desempleados. Sin duda, la iniciativa del Gobierno de Zapatero debe ser avalada, sobre todo para aquellos parados que ahora tienen algo de esperanza, pero nunca debe ser vista como la panacea.

Los problemas a los que se enfrenta el doctor Corbacho y su colega Salgado son característicos de un enfermo en la UCI. Lo primero sería de agradecer es que entre tantas palabras propagandísticas, descifráramos que los médicos conocen el diagnóstico y el tratamiento.

Cuando se escucha a Zapatero, jefe del cuadro médico, hablar de cambios en el modelo productivo y reformas estructurales, sus palabras suenan a gloria. Pero parece que estamos en el peor hospital del mundo porque los tratamientos adecuados no llegan. El plan E, de momento, es como curar a un enfermo de cáncer con aspirinas. Prefiero un doctor House que no me diga cosas bonitas, pero que proponga un método certero.

Más bonificaciones para los contratos, más inversión en sectores creadores de puestos de trabajo de calidad, más políticas activas de empleo, más ventajas para la inversión extranjera, más capacitación profesional, más cambio tecnológico, más internacionalización podrían ser algunas recetas. Se tratan de propuestas a medio y largo plazo, por supuesto, pero hay que afrontarlas de forma radical si se desea salir del hospital con garantías de sobrevivir.

Los datos de desempleo -que por cierto, en términos desestacionalizados indican que hay 107 parados más en junio (sí, solo 107 desempleados más)-, y la visión optimista del Gobierno tienen algo bueno. Igual que los brotes verdes de Salgado, estas cifras aportan confianza. Los agentes económicos (consumidores, hogares, inversores, empresas) deben creer que la recuperación económica es posible para que no retrasen la toma de decisiones. Para salir de esta se debe tener esperanza, sí, pero también un buen tratamiento.

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