Andaba la ex ministra de Cultura, la cordobesa
Carmen Calvo, bastante cariacontecida ante las protestas de los antitaurinos a la entrada de la corrida dominical en la que
José Tomás se atrevió con 6 toros. Por allí estaba la señora Calvo, con otros diputados socialistas, además del jefe del Gabinete de
Zapatero,
José Enrique Serrano, tratando de consolidar un ‘lobby’ protaurino que contrarreste la mala imagen de las corridas en Cataluña (y eso que las protestas, este domingo en Barcelona, apenas congregaron a un centenar de jóvenes y ruidosos manifestantes).
Lo cierto es que a la corrida de José Tomás, que fue un éxito para el diestro, como comentamos en la
crónica de nuestro crítico Emilio Martínez, acudió mucho personal desde Madrid, Andalucía y Castilla-La Mancha, que colapsaron los AVE a la Ciudad Condal y los vuelos del puente aéreo. Por los alrededores de la plaza podía verse a empresarios, como
Gerardo Díaz Ferrán (CEOE) o
José Alejandro Pina (Enresa), a periodistas notorios, a políticos (no catalanes), a juristas y magistrados notables, a restauradores célebres, como el toledano
Adolfo, a actores como
Sancho Gracia, a cineastas como
Julio Fernández, de Filmax... En fin, que nadie quería perderse esa crónica social que era la que correspondía a la que puede ser, si los ‘anti’ triunfan, la última corrida de José Tomás en Barcelona. Una lástima, porque fue toda una muestra de arte.