La clausura de los sextos cursos de verano de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), ha vuelto a reunir en Navacerrada al presidente del PP, Mariano Rajoy, y al ex presidente del Gobierno José María Aznar. Como era de esperar, Aznar ha felicitado a Rajoy por el triunfo de los populares en las elecciones europeas del pasado 7 de junio, pero ha aprovechado para lanzar su andanada, advirtiéndole de que “nos engañaríamos si creyéramos que los éxitos del pasado garantizan el éxito del futuro”, en reafición a los próximos comicios municipales y autonómicos de 2011 y a las elecciones generales de 2012.
Y aún añadió más Aznar: “Sólo la defensa decididas, y muchas veces a contracorriente, de las ideas que defendemos, sólo la determinación a decir la verdad, aunque eso moleste a los guardianes de lo políticamente correcto; sólo la exposición de un programa claro de futuro, con los sacrificios que exigirá y con los objetivos que busca alcanzar, nos hará merecedores del triunfo”.
Rajoy, muy en su papel, contestó que “hoy por hoy somos la primera fuerza política del país” y que, además, “hemos ganado la centralidad política y no nos van a mover de esa apuesta”. Dijo también que “a nosotros nos corresponde liderar una nueva mayoría social para un nuevo tiempo” y finalizó su intervención aprovechando para “invitar a FAES a que me ayude en este compromiso… Estoy seguro de que cuento con todos para este camino”.
Aviso sobre Euskadi: no negociar con ETA
Rajoy hizo ímprobos esfuerzos para eludir a los medios de comunicación, ansiosos por preguntarle sobre los trajes del presidente valenciano, Francisco Camps, y del supuesto delito de fraude fiscal del tesorero del partido, Luis Bárcenas. Luego, en su intervención de clausura, el líder del PP pintó una España realmente negra a la que nos estaría conduciendo Rodríguez Zapatero, una España de “menos bienestar, de menos riqueza, de más recesión y de más paro” a la que nos estarían llevando las políticas económica, energética, financiera y social del Gobierno socialista.
También lanzó un mensaje contra la posible ruptura del pacto entre PP y PSOE en el País Vasco, en el que recordó a Zapatero que el pacto se hizo para “cambiar las cosas” y que “sería dramático que por un quítame allá un Presupuesto quedara todo en la nada”. Aseguró luego que espera que el Gobierno socialista no caiga en un nuevo intento de repetir experiencias pasadas y fracasadas con los violentos: es decir, que no intente volver a negociar con ETA.

La España de la “ideología de alquiler”
Tras esos mensajes, tanto Aznar como Rajoy pusieron en sus intervenciones una buena parte del acento en criticar la política de reformas financieras de Zapatero, coincidiendo ambos en que “la recapitalización de las entidades financieras debe hacerse con la garantía de que tendrá el mínimo coste para el contribuyente”, en palabras de Aznar, quien añadió con toda dureza que “no es admisible que no se exija también responsabilidad a los directivos de las grandes empresas financieras que han demostrado su incompetencia” en esta crisis.
En esa línea, Rajoy centró su crítica en los males económicos creados o mantenidos por un “Gobierno contorsionista”, al que le da igual ser “coherente o incoherente” y que sólo cuenta con “una ideología de alquiler que, además, se alquila por horas”. Rajoy no ahorró calificativos a Zapatero y a su Gobierno: “Ha continuado instalado en el engaño”; “Gobierno sin proyecto y en minoría que hipoteca el futuro de nuestro país”; “la volatilidad política de Zapatero llega al paroxismo”; o que “es un Gobierno agotado y sin rumbo” que mantiene una “errática y caprichosa política energética”.
Para Rajoy, “España vive momentos de zozobra” y la política de aumento de deuda pública y de impuestos de Zapatero nos conduce a “manos bienestar, menos riqueza, más recesión y más paro”. Ahora bien, con el PP España “dejará de ser una excepción” en Europa –donde el 7 de junio vencieron los populares a los socialistas- y habrá políticas concretas contra el paro –“la mejor política social es crear empleo”, dijo, sin explicitar cómo-, para atajar la crisis financiera y para ser “austeros” con rebajas de déficit público y de impuestos y con reformas en educación, justicia, política energética… pero sin precisar cuáles.
Eso sí, Rajoy pidió a Zapatero que “acepte la colaboración” que el PP le propone para la Presidencia española de la UE que comenzará en enero de 2010 para presentar una “agenda práctica” que hable de economía, bienestar y riqueza, inmigración e integración, energía y seguridad y política exterior. Y anunció que a la vuelta del verano hará una “reflexión monográfica” sobre el problema de la estructura territorial en España que incluya el “derecho a decidir”, en relación al decreto catalán reduciendo la enseñanza del castellano a dos horas semanales.