ONU: seguridad alimentaria en un primer plano tras la cumbre G-8

La seguridad alimentaria volvió al primer plano de la atención internacional después del compromiso de los países ricos en la reciente cumbre del G-8 de movilizar 20.000 millones de dólares para combatir el hambre, afirmó hoy la ONU.

El coordinador de la ONU para la Seguridad Alimentaria, David Nabarro, calificó de "sustantivo" el compromiso adquirido por los Gobiernos de las ocho mayores economías del mundo en su reunión a principios de julio en la ciudad italiana de L'Aquila.

"Nos sentimos muy satisfechos por el hecho de que la seguridad alimentaria vuelva a estar en el primer plano de la agenda mundial", dijo en una conferencia de prensa Nabarro.

Resaltó que los líderes del G-8 que realizaron las promesas saben que la comunidad internacional y Naciones Unidas les van a pedir explicaciones en cuanto al cumplimiento de ese compromiso.

En ese sentido advirtió de que las necesidades siguen siendo acuciantes en los países en desarrollo, en los que a la crisis alimentaria se ha sumado la crisis económica global.

Así, pese a que el Programa Mundial de Alimentos (PMA) recaudó el año pasado la cifra récord de 5.000 millones de dólares, carece de dos tercios de los recursos financieros necesarios para afrontar las peticiones de ayuda que recibe, aseguró.

En esa misma conferencia de prensa, el secretario general adjunto de la ONU, Robert Orr, valoró el resultado de la cita de L'Aquila como "un primer paso" que debe ir seguido de mayores actuaciones en todos los campos, incluido el apoyo a la agricultura.

La comunidad internacional de donantes debería dedicar al desarrollo de la agricultura el 17 por ciento de la Ayuda Oficial al Desarrollo, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

Para la agencia de la ONU, el aumento de la inversión en el sector agrícola es lo que permitió a Asia y América Latina a superar las épocas de las grandes hambrunas.

Ahora se necesita un nivel similar de recursos para alimentar a los más de mil millones de personas que sufren hambre y garantizar que la población mundial, que alcanzará los 9.000 millones de personas en 2050, cuente con suficiente comida, según el organismo.