Como en una novela por entregas, el Gobierno dio a conocer su segunda respuesta a la Asociación Ecuatoriana de Editores de Periódicos (Aedep). Y tal vez vengan otras, porque este régimen sabe hacer gala de la desmesura, la repetición machacona y de hablar en nombre de los ecuatorianos, a la manera de un oráculo de la antigüedad.
El comunicado se titula “Un mal entendido espíritu de cuerpo” y estuvo precedido de otro un tanto melodramático: “Paren las agresiones señores de la Aedep”. ¿Quién manipula, saca de contextos, cita a conveniencia y nunca contrasta información y opiniones, sino quienes los suscriben?
Estos abanderados de la ética, los derechos humanos y la soberanía, ¿estaban todos en el país cuando denunciamos corruptelas, crímenes de todo tipo, violencia estatal, desapariciones y violaciones a los derechos humanos, sin privilegiar a ninguno de los gobiernos que tuvimos?
En este nuevo capítulo se rechaza una “supuesta campaña de persecución oficial en contra de los medios de comunicación” independientes agrupados en la Aedep ¿Escribiría el texto alguien que no ha vivido en el país en los últimos dos años? ¿Algún “traidor” dentro de las filas oficialistas que no oye y ve a su jefe en sus peroratas sabatinas?
Tanto ayer como hoy estuvimos y estamos junto a nuestros periodistas, editores y articulistas informando, denunciando y opinando; resistiendo amenazas y asumiendo grandes riesgos.
Es nuestra obligación y sabemos cómo cumplirla; ojalá otros sepan cómo cumplir con las suyas.