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Por sus polémicas declaraciones

Evo pidió disculpas a Chile

Evo pidió disculpas a Chile

miércoles 05 de agosto de 2009, 05:30h
El presidente de Bolivia, Evo Morales, pidió ayer disculpas a Chile y Argentina por sus declaraciones sobre la posibilidad de que la derecha vuelva a gobernar estos países y que Santiago ha considerado como una "injerencia en asuntos internos".

"En ningún momento intenté interferir en asuntos internos ni políticos", manifestó Morales ayer en La Paz y lamentó el ‘malentendido’ provocado por sus declaraciones.

El martes, el Presidente expresó su preocupación ante una eventual vuelta de la derecha al poder en Sudamérica. "¿Qué pasaría, y para eso debemos estar preparados, si la línea de los 'pinochetistas' en Chile gana las elecciones? Sería muy grave para la democracia sudamericana. ¿Qué pasa si la derecha fascista vuelve a la Argentina?", se preguntó.

Estas declaraciones provocaron ayer el rechazo de los vecinos. "Chile, una democracia estable que se apresta a elegir a su nuevo presidente de la república en elecciones universales, reconocidamente limpias, rechaza la injerencia de cualquier Estado en sus asuntos internos, y, por lo tanto, las declaraciones del jefe de Estado de Bolivia", indicó la Cancillería chilena.
Tras esta reacción, Morales pidió públicamente disculpas tanto a Chile como a Argentina por el malentendido y explicó que, con esas declaraciones, sólo intentaba explicar "las dificultades que soportó el pueblo boliviano" con las dictaduras y con los gobiernos neoliberales.

"Quiero, con mucho respeto y  humildad al hermano pueblo argentino y al hermano pueblo chileno, a sus presidentas tan solidarios con mi Gobierno y con el pueblo boliviano (...), pedir disculpas", dijo el presidente boliviano.

Este incidente con Chile coincide con la llegada a Bolivia del nuevo cónsul de Santiago en La Paz, Ricardo Herrera, que arribó el miércoles a la sede de Gobierno.

También se produce en medio de la polémica que ha suscitado en Bolivia un proyecto de acuerdo entre los gobiernos de Morales y Michelle Bachelet sobre el uso de las aguas fronterizas del Silala.

Tras la pérdida de su litoral en el Pacífico, en una guerra con Chile a finales del siglo XIX, Bolivia no mantiene relaciones diplomáticas con Santiago, salvo un paréntesis abierto en la década de los 70 por los entonces dictadores Augusto Pinochet y Hugo Banzer Suárez.

Sin embargo, desde 2006 Chile y Bolivia han experimentado un inusitado acercamiento de la mano de sus presidentes Michelle Bachelet y Evo Morales, quienes aprobaron una agenda bilateral de trece puntos que incluye la demanda marítima boliviana. El acercamiento es elogiado por los países de la región.

Gobierno dice que Perú quiso romper relaciones
El presidente Evo Morales aseguró ayer que el país "jamás intentó romper relaciones" con Perú, al contrario de lo que, a su juicio, intentó el Gobierno de Lima al llamar dos veces a consultas a su embajador, Fernando Rojas.
"Bolivia, especialmente con los países de Sudamérica, jamás va a romper relaciones, pero Perú intentó romperlas", insistió Morales.
"Se llevaron a su embajador, retornó su embajador. Otra vez lo llamaron, otra vez retorna a Bolivia, parece una chacota. Nosotros decidimos que no vamos a retirar a nuestro embajador", dijo en referencia a las dos veces en que Rojas fue llamado a consultas a Lima.
Morales reclamó que desde  que fueron imputados por la justicia boliviana los ex ministros Mirtha Quevedo, Javier Torres Goitia y Jorge Tórrez Obleas por los delitos de lesa humanidad, no podían recibir asilo político bajo los tratados internacionales y las normas de la República del Perú.

El gesto de ligereza es inaceptable
Armando Loayza Mariaca / Ex canciller de Bolivia
No cabe duda que la declaración del Presidente es un gesto de ligereza inaceptable por cualquier país que practique y respete los principios democráticos, peor aún cuando se refiere a un grupo político que apuesta a ganar las elecciones en Chile en el marco de un sistema limpio y transparente.
Con este tipo de declaraciones y críticas a países vecinos, como Chile y Argentina, comenzó el problema de injerencia con el Perú.
El problema con Chile puede ir más allá, porque se puede echar por la borda la agenda bilateral de 13 puntos y el histórico acercamiento, que con muchos méritos construyó el Gobierno del presidente Evo Morales.  Ahora bien, si oportunamente pidió disculpas por la ligereza que raya en la intromisión, también es un hecho destacable del mandatario, porque en diplomacia reconocer los errores y disculparse rápidamente es otro gran logro para las buenas relaciones.

En la víspera:

El mandatario boliviano declaró ayer que está "preocupado" por la posibilidad de que la derecha llegue al poder en Chile en las elecciones de diciembre próximo, y en Argentina, donde el Gobierno de Cristina Fernández ha sufrido un fuertes revés en los recientes comicios legislativos.

"Chile, una democracia estable que se apresta a elegir a su nuevo presidente de la República en elecciones universales, reconocidamente limpias, rechaza la injerencia de cualquier Estado en sus asuntos internos, y, por lo tanto, las declaraciones del jefe del Estado de Bolivia", manifestó la cancillería en un comunicado.

En alusión a las expectativas electorales en Chile, El mandatario boliviano se preguntó: "¿Qué pasaría, y para eso debemos estar preparados, si la línea de los 'pinochetistas', en Chile, ganan las elecciones? Sería muy grave para la democracia latinoamericana".

El comentario de Evo Morales alude al hecho de que el candidato de la oposición derechista, el empresario Sebastián Piñera, encabeza las encuestas, por delante de Eduardo Frei, candidato de la Concertación, el bloque de centroizquierda que gobierna Chile desde el fin de la dictadura de Augusto Pinochet (1990).

El Ejecutivo que encabeza la presidenta Michelle Bachelet anunció que expresará "por canales diplomáticos" al Gobierno boliviano su opinión "y las debidas consideraciones recíprocas que deben informar las relaciones entre dos países vecinos como lo son Chile y Bolivia que, por lo demás, han conducido sus vínculos de manera positiva y en beneficio de ambos Estados".

"El Gobierno de Chile es estrictamente respetuoso de la soberanía de los Estados y, particularmente del principio de no intervención en los asuntos de otro Estado, práctica invariable que hemos mantenido también frente el proceso político boliviano", enfatizó el ministro de Relaciones Exteriores, Mariano Fernández.

Tras preguntarse "¿qué pasa si la derecha fascista, racista vuelve a Argentina?", Evo Morales confesó que le preocupa "bastante" que la derecha pueda acceder al poder en algunos países de Suramérica.
A juicio del mandatario boliviano, esto supondría el "regreso del capitalismo" a Latinoamérica, gobernada mayoritariamente por líderes, partidos y coaliciones de izquierda, y por ello hizo un llamamiento a los Gobiernos de la región para abrir un "debate" sobre esta situación.

Este incidente se produce justo el mismo día en que asumió en La Paz el nuevo cónsul general de Chile en Bolivia, Ricardo Herrera. Chile y Bolivia no mantienen relaciones diplomáticas desde 1962, salvo un paréntesis abierto en la década de 1970 por los entonces dictadores de ambos países, Augusto Pinochet y Hugo Bánzer, respectivamente.

Sin embargo, desde 2006 Chile y Bolivia han experimentado un inusitado acercamiento de la mano de sus presidentes Michelle Bachelet y Evo Morales, quienes aprobaron una agenda bilateral de trece puntos que incluye la demanda marítima boliviana.

Además, el 15 de septiembre del año pasado, Bachelet, en su condición de presidenta temporal de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), convocó en la capital chilena una cumbre presidencial de emergencia para ayudar al Gobierno de Evo Morales a frenar lo que la "Declaración de Santiago" consideró como una amenaza de golpe de Estado.

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