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Terremoto en Pinto

martes 11 de agosto de 2009, 10:39h
Getafe y Pinto se disputan el mojón que parece indicar el centro geográfico de España. Al Cerro de los Ángeles se le dice “centro y corazón de España”, pero Pinto defiende su supuesto derecho cartográfico a ser ombligo del país. De lo que no hay duda es de que en estos días nadie le puede discutir a Pinto ser el epicentro del terremoto informativo, de cierta intensidad en la escala popular, que se repite con varias réplicas.

El primer movimiento sísmico tuvo su origen en la protesta vecinal por la decisión del Ayuntamiento de suprimir este año los festejos taurinos, encierros incluidos, en el programa de fiestas patronales. La posterior réplica tuvo lugar en el ámbito de los servicios sociales, donde las trabajadoras que prestan ayuda a domicilio sufren el impago de sus haberes desde el pasado mes de junio, porque a la empresa para la que trabajan, adjudicataria municipal del servicio, el moroso ayuntamiento no le paga.

Siguiente réplica, con epicentro en la propia Casa Consistorial, en un pleno extraordinario solicitado por la oposición, el PP, que el gobierno municipal convocó para el mes de agosto con el ánimo de que pasara desapercibido por ser el mes vacacional y por hallarse el municipio inmerso en fiestas, un pleno en el que se piden explicaciones de porqué la Fundación Pinares recibía una subvención municipal de 20.000 euros, mientras que el resto de fundaciones de Pinto no pasaban de 600. El presidente de la Fundación Pinares, vinculada al PSOE y que comparte espacio con la agrupación socialista, está presidida por el ex alcalde socialista de Pinto, Antonio Fernández, cuya hija, como concejala de Hacienda, otorgó esa subvención a Pinares.

Por lo que respecta a la supresión de los festejos taurinos, el gobierno municipal echa la culpa a la crisis económica y trata de lidiar dicha crisis dando una larga cambiada al asunto, aunque en vez de recibir a puerta gayola la protesta vecinal, hace de don Tancredo primero para después dar la “espantá”. Los vecinos han protagonizado una especie de motín del Encierro, que no es el motín de Aranjuez; ni el déspota es Esquilache, sino el alcalde Juan José Martín. No se ha prohibido el uso de la capa, sino de las capas, las de torear. Y es que… Entre Pinto y Valdemoro, ya no se corren los toros.
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