En una carta mecanografiada y firmada con puño y letra, la dirigente recordó que la "guerra popular" que enfrentó a Sendero con el Estado peruano se terminó en 1992, tras la captura de su líder Abimael Guzmán.
Hace años se sabe que los grupos que aún cometen atentados contra la Policía en esa zona productora de coca son guerrilleros que trabajan para los narcos por un sueldo, en lugar de buscar fines políticos o ideológicos.
El presidente de la organización antidrogas Devida, Rómulo Pizarro, explicó que los sediciosos sobreviven gracias al dinero que les inyecta el tráfico de drogas, y con sus acciones intentan repeler a la Policía de sus rutas de comercio. Pizarro los llamó "ejército privado del narcotráfico".
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