Encrucijada, de acuerdo al diccionario: “Situación difícil en que no se sabe qué conducta seguir”. Los militares de varios países de Latinoamérica pasan por un trance político complejo, nada fácil de desentrañar.
En el Ecuador, los militares se mantuvieron de facto en el poder desde 1972 hasta 1979. Han pasado 30 años de democracia, la más larga de la historia; ésta, no ha estado exenta de avatares, en donde el rol de los militares de alguna forma ha sido cuestionado; se ha dicho que los militares han mantenido un tutelaje del sistema y que no deben ser los garantes del orden constituido, incluso muy a pesar de su voluntad han tenido que oficiar de árbitros dirimentes en cruciales momentos políticos, rol que no les corresponde; ¿pero quién o quiénes son los responsables para que esto suceda?.
Durante este período de una democracia anoréxica, pero democracia al fin, se producen 3 golpes de estado y 3 presidentes son derrocados en menos de 9 años; como los civiles no pudieron resolver el conflicto político, las Fuerzas Armadas fueron obligadas a participar bien como árbitros de las crisis, o como actores centrales; de estos hechos las Fuerzas Armadas sin duda no han salido bien libradas, su imagen de aceptación, admiración y respeto, una de sus fortalezas más importantes, se vieron erosionadas.
El tema de intervención militar se actualiza con la crisis que vive Honduras; he ahí el problema: ¿qué hacer? ¿Ser garantes del orden constituido a raja tablas? ¿Garantizar la estabilidad y permanencia del gobierno elegido legalmente que ha perdido legitimidad? ¿Masacrar al pueblo que en manifestaciones públicas multitudinarias e incontrolables exige la salida del Jefe de Estado que no ha cumplido con las demandas populares? Todo esto habrá que analizarse y deberá ser debatido desapasionadamente en amplios foros democráticos.
Volviendo al Ecuador; ¿las Fuerzas Armadas tendrán que allanarse a las órdenes legales que las obliga a sujetarse al plan político del gobierno de turno, considerando que de acuerdo a la nueva Constitución, no existe una disposición de a quién se deben...al Estado o al Gobierno de turno? He ahí el dilema.